El Obradoiro, empujado por su entusiasta afición, consiguió levantar un partido que se le había puesto muy feo en el primer cuarto. Fue otro triunfo del colectivo, porque todos suman. Significativo es el caso de Ebi Ere, fallón en ataque, pero presto a ayudar en todos los frentes. Y hubo un protagonismo especial para la guardia pretoriana del pasado curso.
Fue un encuentro con mucha miga, a veces indigesto, porque los dos equipos se emplearon a fondo en la retaguardia. No era una cita para el chaqué. Ayer tocaba ponerse el traje de faena.
Ese era el contexto, y lo entendieron mejor los visitantes. El Manresa salió en sexta, arriba y abajo. En un visto y no visto endosó un parcial 2-13 que obligaba al técnico local a pedir tiempo muerto. Hasta ese momento, los catalanes sumaban tres triples cómodos mientras que el Obradoiro solo había conseguido anotar dos puntos por mediación de Lasme, desde cinco metros, lejos de su hábitat natural.
El equipo estaba fuera de foco, en medio de un cortocircuito. El rival no dejaba que el balón llegase a los pívots ni que éstos conectasen entre sí. Y los jugadores exteriores no encontraban posiciones de tiro. Cuando lo hacían, en más de una ocasión el balón se salía del aro de manera incomprensible.
Es como si hubiese una confabulación astral contra el cinco santiagués, mezclada con algo de confusión o falta de tensión, porque el plantel concedió segundas opciones inexplicables, por desatención o flojera.
El Alquimista de Pontepedriña recurrió al Tuky Bulfoni. Y el veterano capitán empezó a cambiarle la cara al equipo con su aplomo y con su raza. Oxigenó el ataque y contagió su empuje.
Esa aparición, unida al primer descanso de Doellman y Javi Rodríguez, permitió que se estrechasen las diferencias hasta cinco puntos al final del primer cuarto.
Oriol y Corbacho
El segundo acto fue un continuo intercambio de canastas a borbotones, con protagonismo para Oriol en la pintura y para Corbacho, que con seis puntos consecutivos en un visto y no visto llevó el partido al descanso con todo por decidir: 32-35.
Tres de los héroes del ascenso fueron los que prendieron la mecha de la remontada, que terminó de consumarse tras el intermedio a partir de una defensa extenuante. El Manresa, en todo el segundo período, solo anotó catorce puntos. De ellos, tres en el último cuarto, los tres desde la línea de personal.
En cualquier caso, el Obradoiro sudó y demostró que su mandíbula no es de cristal. El golpe más duro llegó mediado el tercer cuarto, con 37-39. Casi roba el balón, pero le termina llegando a Palsson. Lanza un triple, toca en el aro, el balón se mece en el lado superior del tablero y cae a la red. Incluso la canasta que puso por delante al equipo llegó con sufrimiento, pues Asselin estuvo a punto de sacar la bandeja del Tuky.
Faltaba un minuto para la conclusión del tercer cuarto, y el Manresa se quedó sin respuesta. No porque no lo intententase, sino porque se emarañó en la defensa local. O no conseguía tirar o veía como el aro escupía el balón para que Lasme, un pulpo de brazos interminables, embolsase cada rechace.
PTS 2P 3P TL RT AS MJ V
Hopkins - 0-1 - - - - 3 -4
Andrés 2 1-2 - - 1 3 21 7
Cabanas - - - - - - 2 0
Bulfoni 14 4-6 2-4 - 1 1 23 9
Ebi Ere 7 2-4 1-6 - 3 - 28 2
Palacio 7 2-3 1-1 - 2 3 21 9
Washington 1 0-1 - 1-2 2 - 17 1
Kendall - 0-4 - - 3 1 19 -2
Oriol 15 5-7 - 5-6 5 1 26 14
Lasme 6 2-5 0-1 2-2 9 - 30 12
Corbacho 9 - 2-5 3-3 1 - 11 9
Equipo 61 16-33 6-17 11-13 29 9 60
PTS 2P 3P TL RT AS MJ V
Palsson 10 2-3 2-2 - - 1 19 10
Asselin 12 6-8 - 0-2 7 1 26 14
J. Rdguez. 2 - 0-3 2-2 5 3 28 12
Montáñez - 0-2 0-2 - 2 1 20 -5
Álex - 0-1 - - - - 10 -1
Doellman 12 3-7 2-8 0-2 1 3 30 4
Hanga 6 2-4 0-4 2-4 2 2 31 -5
Achara 7 2-2 1-2 - 4 - 20 10
Landry - 0-1 0-1 - 2 - 12 0
Oriola - - - - - 1 4 -1
Equipo 49 15-28 5-22 4-10 26 12 40