El consumo de coca en Santiago es mayor que en París o Milán

Raúl Romar García
R. Romar REDACCIÓN | LA VOZ

SANTIAGO

El análisis de aguas residuales también revela un abuso del cannabis

02 may 2019 . Actualizado a las 18:14 h.

Los habitantes de Santiago consumen más cocaína que los de ciudades europeas como Milán, París o Bruselas y más cannabis que en Estocolmo, Bruselas, Oslo, Helsinki o Milán. Son, en todo caso, cifras inferiores en el caso de la cocaína al de urbes españolas como Barcelona, Valencia o Castellón. Estas son algunas de las diecinueve poblaciones europeas que han participado en el primer estudio comparativo sobre el consumo de drogas realizado a partir del análisis de aguas residuales. El trabajo, publicado en la revista científica Science of the Total Environment, presenta como novedad que los once grupos de investigación que participaron en el análisis de las muestras utilizaron el mismo protocolo de actuación y las recogieron en la misma fecha, la última semana de marzo del pasado año. En Santiago, el equipo elegido para intervenir en el trabajo fue el del departamento de Química Analítica de la Universidad, dirigido por Benito Quintana, uno de los pioneros en Europa en el estudio del consumo de drogas a través de biomarcadores urinarios detectados en las aguas residuales urbanas. Santiago es la séptima de las 19 ciudades estudiadas con mayor consumo per cápita de cannabis, una cifra relativamente alta, y la décima en el de cocaína. La situación se invierte en el caso de las otras dos drogas estudiadas, la metanfetamina y anfetamina, que se han incluido en un mismo bloque, y el éxtasis. La ingesta de estas drogas es prácticamente testimonial si se compara con lo que ocurre en las ciudades europeas del norte y noroeste de Europa, en las que destacan en el primer caso las ciudades de Escandinavia y la República Checa y, en el segundo, las de Holanda y Bélgica. El consumo en las otras tres urbes españolas también es inferior al de las europeas, aunque mayor que el de la capital compostelana, a excepción de Castellón, en cuyas aguas urbanas no se han detectado restos ni de anfetaminas ni de éxtasis. En el supuesto del cannabis destaca especialmente el consumo registrado en Ámsterdam, que también se sitúa en cabeza en la utilización de anfetaminas y ocupa el segundo puesto en cocaína y éxtasis. Mejor que las encuestas El análisis de las aguas residuales se ha erigido como un sistema más fiable que el de las encuestas, el que se utiliza de forma oficial, para conocer los patrones de uso de drogas en el mundo. «Tenemos potencial para comprender, por primera vez, cuál es el consumo real de drogas ilícitas a nivel mundial y las tendencias», explica el coordinador del estudio, el investigador noruego Kevin Thomas.