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Los espectadores despidieron con pena a los míticos cines del Ensanche
01 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.Punto y final para los multicines Valle Inclán, que ayer apagaron para siempre los proyectores de sus seis salas ante la impotencia de sus seis trabajadores y de los espectadores que no quisieron faltar a la cita con la última sesión. «Sabríamos que esto pasaría, venía muy poca gente y, desde que subieron el IVA al 21%, la cosa fue a peor», dice Jacobo Blanco, empleado de Vicigasa, la sociedad propietaria de las salas.
La inmensa mayoría de los que ayer pagaron sus siete euros con setenta céntimos por disfrutar de una película en el lugar donde realmente se disfrutan las películas, el cine, sabían perfectamente que estaban asistiendo a una última vez. Como Manuel Gesto y Lourdes López, que llegaron poco antes de las cinco y media de la tarde para ver Populaire, el largometraje francés dirigido por Régis Roinsard que traslada al espectador a la Normandía de 1958. «Eu viña ao Valle Inclán, practicamente, todas as fins de semana», explica Gesto, vecino de San Caetano, a quien no le cuesta dar con la palabra exacta para expresar lo que siente por el cierre de los cines: «Nostalxia».
«Por favor, rómpame con coidado a entrada, que quero conservala», le pedía otro cliente a Jacobo Blanco.
El trabajador, resignado como sus compañeros a alistarse en el paro en los próximos días, dice que, de la plantilla, el que menos llevaba en la empresa tiene una antigüedad de tres años. Él llevaba casi diez en un equipo en el que todo el mundo hace de todo.
Sin solución
Ayer por la tarde, los empleados descartaban cualquier tipo de solución de última hora que sirviera para evitar, o al menos para posponer, el cierre que les fue anunciado de manera oficial semanas atrás. «Llegaron un par de correos de personas que, aparentemente, se interesaban por el negocio, pero si en unos cines que tienen los locales en propiedad y no pagan alquiler la cosa ya no es rentable, qué no será para alguien que quiera ponerse al frente de las salas y, además, tenga que afrontar una renta», decía Jacobo.
Los Valle Inclán fueron los primeros cines de la ciudad en adaptarse y digitalizar todos sus equipos, antes incluso que las salas Cinesa de Área Central. Pero no ha sido suficiente.