Los juristas celebran que Santiago conserve sus competencias judiciales

x.r. santiago / la voz

SANTIAGO

Abogados y procuradores consideran sin embargo que hay que estar alerta

01 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La comunidad jurisdiccional de Santiago se mostró ayer feliz y convencida de que ha triunfado el sentido común con el anuncio de Ruiz-Gallardón de que se mantendrá la demarcación judicial. El propio alcalde, Agustín Hernández, calificó de «moi positivo» ese hecho tras las demandas de la ciudad y la acción conjunta de Raxoi con los colegios de abogados y procuradores.

Evaristo Nogueira, decano de los abogados, recuerda la movilización de distintos sectores ciudadanos para lograr el objetivo de que el tribunal de instancia se quedase en Santiago, y saca como conclusión que «cando a cidade está unida conséguense obxectivos. Nisto xogabámonos moito». Uno de sus agradecimientos especiales se dirige a los grupos municipales de Santiago y a la presión que realizó el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Y, debido a la importancia que otorga a sus gestiones, hace un añadido también especial (que no ha podido efectuar antes debido al carácter secreto de esta tarea): Jesús Palmou y María Jesús Sainz. Sus contactos directos seguramente han tenido incidencia, aunque resalta que «moita xente de Santiago presionou directamente».

Nogueira, que espera que no haya ninguna vuelta atrás en la decisión de Ruiz-Gallardón, reconoce que sintió cierto temor de que se consumase la «desfeita» judicial, pero «a presión da cidade deu os seus froitos».

«No podemos dormirnos»

José Paz Montero, decano del Colegio de Procuradores, se felicita igualmente de que permanezcan en su sitio los juzgados de instancia y las propias sedes judiciales: «Es muy positivo, porque si no la ciudad quedaría desamparada». Pero advierte: «Hay que estar vigilantes y atentos al proyecto que presenten al Consejo de Ministros. No podemos dormirnos en los laureles».

A Paz siempre le pareció «imposible» que ciudades como Santiago o Vigo no tuviesen su propia sede judicial: «Para cualquier persona con dos dedos de frente no era factible». Cree que la ciudadanía no se dio cuenta realmente del problema que se le venía encima: «Iba a sufrir un tremendo deterioro de la justicia, con distancias grandes». En ese sentido destacó la mentalización desde las instituciones.