La pírrica derrota del Obradoiro

Manuel García Reigosa
M. G. REIGOSA A CORUÑA / LA VOZ

SANTIAGO

Los seguidores del Obra inundaron el Coliseum de A Coruña.
Los seguidores del Obra inundaron el Coliseum de A Coruña.

Perdió en la Copa, pero ganó el reconocimiento por su gran juego y el empuje de su gente

22 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La expresión victoria pírrica viene de una reflexión del general Pirro tras ganar una batalla en la que perdió a buena parte de la tropa: «Otra como esta y volveré solo a Epiro». El Obradoiro le ha dado la vuelta al concepto. Podría hablar de derrota pírrica, porque pese a claudicar en la Copa en un partido extraordinario, quedó la sensación que con derrotas de ese calado está más cerca el gran triunfo. Y se sintió muy acompañado, antes, durante y después de la contienda.

La afición estuvo a la altura de sus mejores precedentes. Y no es poco, porque partía con el listón alto. A la conclusión del choque, Bendzius, uno de los nuevos en la plantilla, subía a las redes sociales un vídeo de la hinchada dedicando vítores al equipo cuando emprendía viaje de vuelta a Santiago, una hora después de que se apagasen los focos en el Coliseum. Era su manera de «dar las gracias a los seguidores por un impresionante apoyo».

En la distancia

A más de cuatro mil kilómetros de distancia, en Rusia, a un ex jugador del Obra como Travis Peterson, que apenas estuvo dos meses en Sar, no le sorprendía esa fusión. Y también dejaba su mensaje, después de ver el partido: «Una de las aficiones más maravillosas de España». Y resumía las sensaciones tras el encuentro: «Partido duro y reñido del Obradoiro. A seguir con la cabeza alta». Desde Brasil, Rafa Luz, el jugador que ha repartido más asistencias en la ACB en la historia de la entidad, decía lo mismo: «Que grandes sois. Felicidades Obradoiro. Aunque no vino la victoria, peleasteis como siempre».

Esa idea la comparte el director general del club, José Luis Mateo: «Fue un día de orgullo para todos, para la afición, el club, los patrocinadores, de ver que, si mantenemos los valores del Obradoiro, volveremos a estar en otra Copa. Para eso, lo primero es estar muchos años en la ACB. Creo que salimos reforzados».

Raúl Yusta, padre del alero, todavía tenía el nudo en la garganta ayer a media tarde: «Fue especial. La pena es que faltó solo un poquito. Pero la afición... Las dos, también la del Baskonia despidiendo juntas al equipo».

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