Galicia, Asturias, Aragón y Castilla y León aprietan las filas en la «cumbre del frío»

SANTIAGO

Paco Rodríguez

Los presidentes defienden unidos una financiación autonómica ajustada a costes y urgen una reacción del Estado ante el invierno demográfico

19 feb 2018 . Actualizado a las 17:14 h.

Los presidentes de Galicia, Asturias, Aragón y Castilla y León se reunieron en la capital leonesa para escenificar su fuerza cuantitativa ante dos problemas estratégicos: el declive demográfico y la inminente negociación del modelo de financiación autonómica. «Sumamos 7,5 millones de habitantes y el 36 % de la superficie de España», puso por delante el anfitrión Juan Vicente Herrera (PP), lo que convierte a las cuatro comunidades «en el segundo territorio con más peso del Estado después de Andalucía», como recordó Alberto Núñez Feijoo (PP). Uno abrió las conclusiones del encuentro y el gallego las cerró, y entre sus intervenciones quedaron las de los presidentes socialistas, Javier Fernández (Asturias), que fue el que hizo la mención metafórica a «la España fría», y Francisco Javier Lambán (Aragón), que fue el más intenso al reclamar «soluciones de Estado». No hubo espacio para las siglas. Con una contundencia armoniosa, los jefes de los Ejecutivos urgieron al Gobierno de Rajoy que active la estrategia española por el cambio demográfico, con una reacción de conjunto para un problema que estas mismas cuatro comunidades plantearon ya en el 2013 y que han trasladado a diversos foros nacionales y europeos. Como medida práctica, reclamaron una acción decidida para estrechar la brecha digital, de forma que las zonas rurales sigan siendo espacios habitables.

Esta cuestión se abordó con un carácter más genérico, pero está tan relacionada con la negociación del modelo de financiación autonómica que, finalmente, se llevó todos los focos de atención. En este asunto tampoco hubo ni fricciones partidistas ni grietas. Si acaso, distintas intensidades en el mismo argumento, que abanderó el presidente Feijoo: «Las cuatro comunidades aquí presentes hemos sido solidarias con España, porque realizamos esfuerzos de contención del gasto, cumplimos con el déficit y dejamos que otras comunidades con problemas recurriesen a fondos del Estado», y por ello reclamó a la ciudadanía que entienda su postura de que no se castigue «a los que cumplimos» incluso teniendo menos recursos que otros gobiernos. Fue su colega castellanoleonés, Juan Vicente Herrera, el que completó la reflexión al interpretar que en España no ha habido comunidades «infra o suprafinanciadas», sino bien o mal gestionadas. «Que se lo hagan mirar», les dijo a las comunidades que defienden esa tesis de partida. Y eso, dando por hecho que «no habrá quita».

Cataluña, aunque con pocas alusiones directas, fue el blanco de las críticas más duras de los cuatro líderes, por entender que la comunidad tuvo un peso histórico en los anteriores procesos de negociación «y ninguno les sirvió», como recordó Javier Fernández. En contraposición, los cuatro consideraron que el documento firmado esta mañana en León está avalado por el «sentido común» y, a su juicio, no debería encontrar oposición entre otros gobiernos. Feijoo lo resumió: «El coste efectivo de los servicios tiene mucho que ver con la demografía, y no puede ser una hoja de cálculo hecha desde Madrid. Eso lo harían en cualquier escuela de secundaria. Nosotros necesitamos ideas y concreciones y si conseguimos una buena financiación, todos ganamos». El presidente de la Xunta garantizó que las comunidades con mayor renta se verán beneficiadas por el crecimiento de las que están por debajo: «les interesa» que a todas les vaya bien y además es una forma de consolidar el modelo «solidario» que la crisis invitó a cuestionar.

En el encuentro a cuatro también se firmó un documento que solo rubricaron Castilla y León, Asturias y Aragón en el que reclaman un pacto de Estado por la energía como comunidades mineras que son. Los tres presidentes abogaron por soluciones sostenibles que respeten las políticas de cambio climático, pero pidieron al Gobierno que lidere la transición energética de forma «ordenada» y que se establezca un procedimiento de despacho preferente para las centrales que utilicen carbón autóctono. Galicia no entró en este acuerdo por no tener producción, pero Feijoo calificó de «razonables» las reivindicaciones de sus colegas.