Ubuntu, la idea compartida del Santiago Futsal

Manuel García Reigosa
M. G. Reigosa EL PERISCOPIO

SANTIAGO

12 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

A menudo los resultados distorsionan el análisis y en el deporte no siempre hay una correspondencia entre méritos y puntos. Con frecuencia es caprichoso. No hay más que ver al Santiago Futsal. Si la temporada pasada el equipo sumó un carro de puntos en los minutos finales de los encuentros, en esta se le han escapado unos cuantos en contiendas que tenía encarriladas. Ciertamente, la campaña es floja y por eso está peleando por la permanencia. Pero el Santiago Futsal es mucho más que lo que pueda decir una clasificación.

En estos quince años que el club lleva en la élite ha ido tejiendo una cantera modélica. David Pazos, hoy en el Palma Futsal, pasó por todas las categorías y alcanzó la internacionalidad. Pola llegó como juvenil y hoy es uno de los referentes de la selección. La camiseta de Diego Quintela, otro internacional, luce en lo alto del pabellón con todo merecimiento. Porque puso al club por delante de sus intereses. Y por valores como los que evidenció en Gran Canaria hace quince días, cuando renunció a un gol hecho porque un rival estaba lesionado. El marcador era de empate a cero en ese momento. Dicho de otro modo, no fue un gesto para la galería con el choque decidido. Alberto Mirás acaba de estrenarse con la selección española sub 19. Son algunos ejemplos. Pero hay más. Gonzalo, que se lesionó en el primer partido de liga, encontró las puertas abiertas pese a que unos años antes había dejado plantado al equipo.

Fuera de las canchas, el club siempre está atento a los movimientos sociales y predispuesto a colaborar cada vez que piden su participación. Ha puesto en marcha campus en Japón, y recientemente en Tailandia. La directiva trabaja a brazo partido en la búsqueda de recursos, la plantilla y el cuadro técnico por sumar puntos, asumiendo más de un retraso en el cobro de sus nóminas sin levantar jamás el pie del acelerador. Si algo se les puede pedir es que muerdan un poco más y, sobre todo a los que suman más horas de vuelo, que den un paso al frente en la recta final.

En creatividad pocos pueden igualar al Santiago. Para muestra, la promoción del partido ante el ElPozo, un ejemplo magnífico de certera sencillez.

La decimoquinta temporada consecutiva en la máxima categoría está siendo también la más complicada. Pero más allá de los resultados deportivos, conviene no perder de vista todo lo que el club mueve y cómo ha conseguido forjar una identidad que une y que el propio Santiago Futsal resume en una palabra: ubuntu, «yo soy porque nosotros somos». Una idea compartida, también por los aficionados, que a pesar de la clara derrota ante el ElPozo, volvieron a trasladar su afecto al equipo. La lucha está garantizada.