«En África no pasas del grado, luego tienes que casarte»

La Voz

SANTIAGO

14 may 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Cursó Estudios Hispánicos y se especializó en Enseñanza del Español. El objetivo de Miharimanjaka, natural de Madagascar, es ser maestra. «Para mí es el trabajo ideal porque ayudas a otras personas a mejorar tanto a nivel personal como profesional». Pero en su país era difícil seguir formándose porque «aunque cada vez estudian más mujeres, en África no pasas del grado, luego tienes que casarte y dedicarte a las tareas domésticas, los padres no suelen dar oportunidades. Se pueden contar con los dedos las mujeres que tienen una formación superior». Ella quería otra cosa y, a través de sus profesoras, se enteró de las becas de Mujeres por África. Se apuntó y el primer año obtuvo una en Logroño, y este curso, en Santiago, donde estudia el máster Investigación en educación, diversidad cultural y desarrollo comunitario. Al principio le sorprendió el cambio; sobre todo, descubrir una ciudad pequeña como Santiago. «Solo se habla de Madrid y de Barcelona, la tranquilidad de Santiago fue una sorpresa para mí». Ya se siente un poco del país. «Ahora digo ‘depende’ y mis compañeros se ríen y me dicen que me estoy haciendo gallega».

Miharimanjaka conoce a María del Amor, que estudia en Lugo. Pese a que una procede de Madagascar y la otra de Guinea Ecuatorial, las dos coinciden al definir lo peor de Galicia: «El frío y la lluvia, pero ya me acostumbré», repiten al pie de la letra. María del Amor Echbue estudió Administración de Empresas en Ghana y se enteró del programa Mujeres por África cuando buscaba una salida por Internet. «La verdad es que no se divulgan lo suficiente. Al venir me di cuenta de que estas oportunidades no llegan a África». Ahora cursa un máster en Dirección de Empresas, y está encantada. «La comida es impresionante y la gente es muy amable».

No tardarán en aprender otro concepto gallego: la morriña.