La maleza y la dejadez arruinan la capilla del pazo de Xallas y minan el patrimonio negreirés
SANTIAGO

De las ruinas del castillo y de la torre de Broño apenas quedan restos, tal y como constata el arquitecto Alfredo Varela
14 oct 2018 . Actualizado a las 05:10 h.El traslado de los restos y las piedras con los escudos de la antigua casa grande de Reibó al municipio de Abegondo son una prueba más del deterioro y abandono de la arquitectura religiosa y civil que forman parte del patrimonio de Negreira, convertido ahora en ruinas con la ayuda de los temporales invernales, que contribuyeron a darle la estocada final.
La Voz de Galicia daba fe en el año 2015 del avanzado estado de deterioro en el que se encontraba la capilla anexa al pazo de Xallas, levantada a finales del siglo XIX y de propiedad privada. Sus paredes se alzaron con los materiales de una antigua fortaleza arzobispal, la Torre de Xallas, de la mitra compostelana, que fue derribada por los Irmandiños en el siglo XV. Con el tejado y el campanario caídos, su retablo se echó a perder, incluida una talla singular de la Sagrada Familia. En la capilla se guardaban dos piedras armeras de los linajes familiares que quedaron sin colocar cuando se construyó y que coinciden con las que figuran en la fachada de la casa de Mazacáñamos, en Noia.
El pazo ya estaba en ruinas, pero no así la capilla. Lo detalla Alfredo Varela, arquitecto municipal que lleva años haciendo un seguimiento del patrimonio religioso y de la arquitectura civil de Negreira: «Los temporales y la maleza que invadían el campanario de la capilla provocaron que esté totalmente en ruinas», se lamenta Varela.
El arquitecto alude, a su vez, a fortificaciones militares en lo que denomina patrimonio «oculto» de la parroquia de Broño, que a su entender, sería «interesante» investigar «para conocer más datos sobre ellas». Es el caso del foso con las ruinas de lo que fue la torre de San Martiño, que «se pueden ver y que la concentración parcelaria está delimitando, e incluso se ha hecho un estudio arqueológico por su proximidad al Camiño de Fisterra que yo no he visto», señala Varela, quien también hace referencia a una segunda edificación, la del castillo de Broño, de la que apenas se conservan algunas defensas.
La torre de San Martiño fue una construcción defensiva que completaba la fortaleza da Barcala, situada a 327 metros de altitud en un outeiro llamado monte do Castelo, en San Martiño de Broño, muy próximo a las aldeas de Redemuíños, San Martiño, Camiño Real y Feáns. En la actualidad solo quedan motas y algún muro «esborrallado». El castro de Guimaráns, la fortaleza da Barcala y la torre de Broño estaban prácticamente alineados, dominando tres tramos consecutivos del río Barcala.
Otro ejemplo de arquitectura militar sería el campamento romano de O Cornado, en la parroquia de Bugallido. Dice Varela que el Concello quiso realizar excavaciones en la torre de San Martiño y en el campamento romano, pero que su elevado coste les hizo desistir.
Vía romana
Alfredo Varela asegura que la riqueza patrimonial del municipio es muy grande. «En Portor había un monasterio y creíamos que el de San Gregorio estaba en Arzón, pero en realidad sus ruinas están en el vecino municipio de Brión. Luego están las calzadas de piedra, como en A Ponte Brea, con un puente que está metido debajo del de la concentración parcelaria», relata. Los restos de la denominada Vía XX demuestran que por allí pasaba una gran calzada que los vecinos de la parroquia de Xallas parecen haber guardado en secreto hasta hace poco menos de una década.