La bici eléctrica se suma a los medios de transporte aptos para la compostela

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

Pese a ser un vehículo a motor, la Oficina del Peregrino hace una excepción con las personas que sufren una discapacidad

16 sep 2019 . Actualizado a las 00:05 h.

Bicis eléctricas, patinetes, quads... los medios de locomoción avanzan a una velocidad increíble y ya quedan lejos aquellos tiempos en los que el hombre solo se desplazaba a pie, en carro o a caballo. También para hacer el Camino de Santiago, de ahí que la Iglesia se vea en un aprieto cada vez que alguno de estos nuevos vehículos se incorpora a las rutas que tienen su meta en el sepulcro del Apóstol. De entrada, la Oficina del Peregrino es reacia a ampliar una lista en la que solo figuran la caminata a pie, a caballo, en bicicleta, a vela o en silla de ruedas. La línea roja está bien clara; de lo que se trata es de que el Camino implique un esfuerzo físico, por eso están excluidos de la relación para obtener la compostela cualquier tipo de vehículo a motor.

El problema surgió en los últimos años, cuando empezaron a aflorar las bicis eléctricas. Lo cierto es que se trata de un medio de transporte que combina los dos sistemas cinéticos, porque tiene un motor pero a la vez obliga al usuario a pedalear. Hace referencia, pues, a un vehículo de dos ruedas muy ligero accionado por pedales y que dispone de un motor eléctrico que complementa la energía ejercida directamente sobre los pedales por el propio ciclista. La obligación de pedalear es la que abre la duda sobre la idoneidad de incluirla o no en los vehículos autorizados para obtener la compostela una vez recorridos los 200 kilómetros exigidos para las bicicletas.

Cada vez son más los peregrinos que hacen el Camino en bicicletas con motor eléctrico. Tomás Sánchez, gerente de Bicigrino, una empresa de alquiler de bicis en el Camino de Santiago, acompaña estos días a un grupo de peregrinos que se dirigen a la ciudad del Apóstol desde Portugal, y más de la mitad lo hacen en bicicletas eléctricas. Cuando lleguen a la Oficina del Peregrino, seguramente obtendrán la compostela, porque allí se les preguntará cómo hicieron el Camino, y cuando digan que en bici, nadie les preguntará con qué tipo de bicicleta, se limitarán a verificar que tienen los sellos de las etapas superadas antes de entregarle la compostela. Pero Tomás Sánchez no cree que mirar para otro lado sea la solución al problema y aboga por el reconocimiento de la bicicleta eléctrica como medio de transporte oficial para realizar el Camino. «Le abriría las puertas a muchas personas con problemas de movilidad», indica. Aunque para ello hubiese que incrementar el número de kilómetros necesarios para recibir la acreditación, de 200 a, por ejemplo, 400.

Nuevo criterio

Pero lo cierto es que, sea porque en los últimos días se planteó el debate, o sea porque la Iglesia lo tenía decidido de antemano, desde la Oficina del Peregrino aclararon ayer que la bici eléctrica ya figura entre los medios de transporte aptos para obtener la compostela. Aunque solo a modo de excepción para las personas que tienen algún tipo de discapacidad. Otra cosa sería abrir la veda al patinete, al quad, a la moto, al sidecar, al todoterreno y a otros vehículos que puedan aparecer en el futuro, lo que desvirtuaría el sentido original de la ruta, que va aparejado a un esfuerzo físico.

Con la excepción admitida para las bicicletas eléctricas, personas mayores, peregrinos aquejados de alguna dolencia y caminantes con dificultades para desplazarse tienen ahora una nueva modalidad para hacer la ruta adaptada a sus circunstancias y que les permite, incluso, acompañar a otros peregrinos que hacen el Camino con bicis convencionales, uno de los medios de transporte más duros para peregrinar hasta Santiago.

Estadísticas

Quizás sea la dureza de la bicicleta en la montaña, en los caminos no asfaltados y en los días de calor lo que provocó que, pese a tratarse de un medio de transporte ecológico y, por lo tanto, promocionado y recomendado, su empleo en las rutas jacobeas haya descendido notablemente en los últimos años. No hay más que ver las estadísticas: en los primeros años del milenio empleaban las bicis el 18 % de los peregrinos a Compostela, un porcentaje que nunca más se alcanzó. Lo más cerca que se estuvo fue en el 2011, con cerca de 30.000 ciclistas en la ruta, un 16,3 % del total. Pero la progresión fue bajando paulatinamente hasta colocarse en el 2017 en tan solo un 7,2 % del total de peregrinos y seguir descendiendo el año pasado hasta un 6,3 %. Quizás porque el Camino es para el caminante.