Guillermo Carracedo: «Tuvo más eco surfear en Ames que ser subcampeón del mundo»

Olalla Sánchez Pintos
Olalla Sánchez SANTIAGO DE COMPOSTELA

SANTIAGO

Guillermo Carracedo, a quien siempre acompañan sus tablas, reconoce que en Galicia ha surfeado «de todo, hasta el río Miño». En Santiago tampoco se resiste a meterse en el agua. Para la fotografía, se moja en el Sar, junto al puente medieval
Guillermo Carracedo, a quien siempre acompañan sus tablas, reconoce que en Galicia ha surfeado «de todo, hasta el río Miño». En Santiago tampoco se resiste a meterse en el agua. Para la fotografía, se moja en el Sar, junto al puente medieval Xoán A. Soler

El surfero compostelano, que este año se hizo viral al atravesar con su tabla una pista anegada por las lluvias, repasa una exitosa trayectoria en cuyo inicio tuvo mucho que ver su padre, el genetista Ángel Carracedo

04 ago 2020 . Actualizado a las 21:45 h.

En pleno verano, y mientras el surfero compostelano Guillermo Carracedo se prepara por si acaso el covid permite que se celebre el campeonato de España de pádel surf, y también los mundiales, quedamos con él en Santiago para charlar sobre una intensa trayectoria en cuyo inicio tuvo mucho que ver su padre, el reputado genetista Ángel Carracedo. «Él, que antes de médico fue buzo e incluso quiso ser farero -sus tres hermanos lo son-, siempre trató de que nos gustase el mar. El problema es que se pasó con la dosis», bromea este joven que roza los 27 años. No olvida citar que su hermana, de forma elocuente, se llama Mar.

Criado entre Ames, donde está el domicilio familiar, y Santiago, sus últimos años también están ligados a Louro (Muros), en cuyas playas descubrió que se le daba bien hacer equilibrios sobre una tabla. «Empecé tarde, a los 17, pero siempre digo que esto no depende de los años que lleves sino de las horas que practiques y yo eché muchas», enfatiza sobre un comienzo durante el que encadenó pruebas y campeonatos hasta que la presión por los resultados le empujó a hacer un alto. «Fue en el 2016 cuando colapsé y cuando decidí volcarme en una de mis pasiones, que es la de viajar y descubrir olas increíbles por el mundo. Sobre todo valoro estar solo en el agua, en un sitio insólito, diferente, al que nadie haya llegado antes», relata con pasión este aventurero que ya suma 38 países recorridos. Unas vivencias que comparte con sus muchos seguidores en las redes sociales. «Con ellas lo paso bien pero, además, en un deporte sin muchos apoyos, me permiten obtener un beneficio económico», constata.

Tras ese intervalo, y ya sin tensión, decidió volver a competir en el 2019. «Conseguí ser campeón de España de pádel surf, segundo del mundo con la selección y top 5 internacional», subraya con satisfacción tras un esfuerzo para el que siempre contó con el apoyo familiar. «Vieron que le echaba mucha pasión y que era capaz de compaginarlo con los estudios de Medicina», relata recordando con una sonrisa cómo en la facultad le «persiguió la sombra» de su padre de quien se deshace en elogios. «Había algún profesor que me dijo: ‘pero si él sacaba siempre un 10...' No tenía en cuenta que a lo mejor yo acababa de llegar de un mundial en Nicaragua y que con suerte había llegado a tiempo al examen», insiste riendo. «Tardé un año más en acabar la carrera pero lo hice» añade con orgullo quien, por el momento, no tiene pensado ejercer aunque para el futuro no descarta la medicina deportiva.

Ángel Carracedo felicita a su hijo durante el acto de licenciatura en Medicina
Ángel Carracedo felicita a su hijo durante el acto de licenciatura en Medicina

«Acabo de terminar un máster en traumatología del deporte. La idea es tratarme también mis propias lesiones», comparte mientras repasa en alto alguna de las muchas heridas que acumula. «En el 2014 me llevé más de noventa puntos en la cabeza. Me fracturé el seno frontal y llamé a mi madre, que trabaja en la uci, diciéndole que incluso podía meter el dedo dentro. Me cogió el helicóptero en Louro cuando ya no podía hablar y me desperté en el CHUS. Son obstáculos con los que aprendes. No va a haber nada físico que me frene», asegura este joven que se confiesa «determinado, cabezón y con ganas de disfrutar de la vida». Un empuje al que tampoco detiene la pandemia —«durante el confinamiento, que pasé con mi familia en Ames, intenté surfear en la bañera»— ni el mal tiempo.

Fue en enero cuando, en pleno temporal, se decidió a surfear en una pista de su concello anegada por las lluvias y a grabarse en un vídeo que rápidamente se hizo viral. «Tuvo una aceptación increíble. Me empezaron a llegar imágenes tanto de gente de aquí, de Murcia, como de otros países que lo imitaban en alguna inundación», aclara divertido el santiagués, a quien, sin molestarle, no deja de resultarle «curioso tener más eco por eso que por ser subcampeón del mundo».

Un tirón que, en cualquier caso, le animó a perseverar en más retos. «Quiero surfear toda España, las 17 comunidades. Por ahora, del interior, ya he ido al río Pisuerga, en Valladolid», reconoce aclarando que en Galicia también se ha subido en una tabla «hasta en el Miño». Aún sobre la comunidad, y ya en un tono más serio, comparte una reflexión final: «Hay que promocionar el surf por cultura y deporte, más que por turismo. Aquí hay muy buenas olas y muchísimo potencial pero la magia reside en no masificarlo de turismo».