Licenciada en Nicaragua en Relaciones Internacionales y Comercio Internacional, Jacqueline Céspedes, de 30 años, llegó a A Coruña en el 2016. Tras encontrar un trabajo como empleada de hogar, la pandemia la puso en una situación vulnerable.
-¿Cómo descubres este programa de empleo?
-Como fui voluntaria de Cruz Roja sabía que existía la oficina de empleo, pero no sabía de qué iba el proyecto hasta que me informé y decidí apuntarme. Me vino genial porque durante la pandemia lo pude hacer online desde casa. El curso que hice fue de Prevención de riesgos laborales junto con el de auxiliar de almacén.
-¿Fue sencillo el proceso para volver al mercado laboral?
-Llamé para informarme sobre el proyecto y me dieron una cita con Eva, que fue mi referente. Ella me llamó y tomó todos mis datos. Luego ya empecé con el curso. Nos conectábamos una vez a la semana con la profesora y luego trabajábamos nosotros por cuenta propia. Fue genial. Además, la docente fue muy paciente porque éramos muchos, como 25 personas de nacionalidades diferentes. También había gente de diferentes edades. Ella siempre aclaraba todas las dudas que teníamos y nos llamaba una vez cada semana para saber cómo íbamos, darnos ánimos y consejos. En ese sentido fue genial. Yo he hecho otros cursos y es diferente.
-Resaltas el trato recibido.
-Para mí, una cosa que ha sido más importante que la parte económica de encontrar un trabajo, ha sido el trato con los usuarios. En mi caso personal yo sí lo estaba pasando mal porque personalmente estaba muy frustrada por no tener ingresos y por todo el tema de la pandemia. Emocionalmente me sentía muy mal y en este caso las chicas de Cruz Roja me trataron fenomenal. Para mí ese trato y ese acercamiento con el usuario ha sido lo más importante y lo que podría destacar más de todo el proyecto de empleo.
-¿Cómo fue el contacto con las empresas?
- Una vez que finalicé la formación tenía que hacer las prácticas. Eran 20 horas e hice entrevistas con dos empresas. Primero nos entrevistaron varias empresas vía online, a través de una videollamada, y luego de esa empresa nos seleccionaban para hacer la entrevista presencial. A mí me tocó ir al Zara Home de Marineda y también con Vegalsa. El mismo día que fui a la entrevista de Zara Home me llamaron de Vegalsa para decirme que me habían aceptado. Fui, hice las prácticas en Sinforiano López. La encargada era muy maja porque el curso que yo hice era de auxiliar de almacén y ella me dijo ?si tú quieres trabajar con nosotros aprende todo lo de caja?. Como a mí me gustan los números me pareció genial. Entonces me puso desde el primer día a practicar con otra empleada y al tercer día ya me dejó sola. Finalicé las prácticas en noviembre y en diciembre ya me llamaron para trabajar en el Eroski Center de Mesoiro, que es un supermercado mucho más grande. Ya me quedé en caja y estoy súper contenta.