El stock de coches nuevos cae hasta un 85 % en concesionarios de Santiago

SANTIAGO

Desde el sector se anima a comprar ya, bajo pedido y con configuración personalizada, para ahorrarse subidas del 2022
26 oct 2021 . Actualizado a las 00:52 h.La crisis mundial en la automoción por la falta de microchips deja notar su repercusión en los concesionarios de Santiago. Hasta un 85 % ha descendido en algunos de ellos el stock de coches nuevos con respecto a octubre del 2020. Quedan modelos a estrenar en las exposiciones, y si al cliente le encaja con su elección, la disponibilidad es inmediata.
¿Pero qué sucede si el color o el equipamiento no es el preferido, o si no se dispone del modelo que el cliente quiere estrenar? Toca hacer el pedido a fábrica. Marcos Díaz Molk, socio de Dimonorte (Peugeot), explica el cambio de escenario en el sector: «La marca no está trabajando sobre coches en stock, sino sobre pedido, que se prioriza. Todo lo que llega al concesionario está ya vendido, se matricula y se entrega». La ventaja para el cliente es que puede configurar un coche a medida, con las opciones que realmente quiere. Molk señala que hay quienes se adaptan a esta fórmula, pero otros no compran porque prefieren llegar a la exposición y elegir allí el vehiculo viéndolo físicamente, sin más espera que el tiempo de matriculación: «Si tuviera más coches en stock vendería más». Pero el grupo Dimolk tiene hoy apenas 60 coches nuevos en su red, frente a una cifra que hace un año podía estar entre los 400 y los 500, indica.
Similar es el panorama que describe María Caeiro, consejera delegada del grupo Caeiro: «Frente a una media de stock de 300 coches, ahora tenemos 35. Y de ellos, diez son eléctricos, otros híbridos enchufables y un híbrido. De combustión, que es lo que más acostumbra a comprar el cliente en condiciones normales, no tenemos nada». Explica que el comprador asume la situación porque es un problema general del sector, que no afecta únicamente a Renault, Dacia o Nissan. Y destaca la importancia de hacer el pedido cuanto antes para reducir el tiempo de espera, porque se respeta el orden de entrada. La situación le recuerda a la que le relataba su padre cuando, hace muchos años, los clientes le solicitaban que apurase su solicitud al máximo. Era una época en que las fábricas no alcanzaban a satisfacer la demanda de un mercado automovilístico español en expansión. Ahora hay esa capacidad, pero el problema es una carencia de microchips que no se sabe a ciencia cierta cuándo se solventará, que preocupa a la empresaria «porque en grupo Caeiro somos 160 personas».
La caída de matriculaciones, coinciden Molk y Caeiro, puede rondar el 30 % con respecto al año 2019. En cuanto al tiempo de espera por un automóvil encargado hoy en sus concesiones, puede estar entre los dos y tres meses. La señal que se solicita no es elevada (entre 500 y 1.000 euros), y no hay problema en caso de que al final el comprador no quiera el coche: será bienvenido a la concesión y no tardará en tener dueño.
Pedro Hervés, consejero ejecutivo del grupo Bonaval (con Audi, Seat, Skoda, Fiat, Alfa Romeo y Jeep) señala que el suministro llega con menor volumen que antes. «Tenemos más problema de entrega en coches con mayor equipamiento, porque precisan más microchips y se alargan los plazos de entrega en modelos concretos». Es muy gráfico Díaz Molk: «Los coches hoy en día son ordenadores en carretera. No es un microchip por coche, esa cifra se multiplica» porque las centralitas que activan los equipamientos cada día más tecnológicos de los vehículos requieren esos microchips.
Desde el sector apuntan la oportunidad de adquirir un coche nuevo: «Yo creo que ahora es un buen momento para comprar un automóvil, para evitar posibles subidas de precios» ante el encarecimiento de todas las materias primas, del acero a petróleo, plásticos y PVC, indica Hervés. Porque en esos pedidos «respetamos el precio», aunque el coche llegue meses después.
Coincide Francisco Pérez Iglesias, administrador de Compostela Móvil (Toyota) y Compostela Motor (Seat): «El momento de comprar es ahora». Además el 1 de enero del 2022 finaliza la moratoria al aumento del impuesto de matriculación por nuevos baremos de emisiones, con una subida impositiva en la mayoría de vehículos, que entiende no debiera producirse. Aún con la reducción de stock de coches a estrenar respecto al pasado año, que cifra en un tercio, subraya la posibilidad de que el cliente que llegue a la concesión encuentre allí el modelo que busca. Destaca que la crisis de los microchips es puntual y añade que marcas como Toyota regularizarán «el suministro en un 80 % para enero».
La variedad se amplía en vehículos Km 0, de inmediata disponibilidad
Si en vehículos a estrenar la disponibilidad inmediata se ha desplomado, las opciones son mucho más amplias «si te encaja un coche matriculado, como seminuevos con dos años y menos de 40.000 kilómetros. Salen rápido porque además están bien de precio», explica Molk. María Caeiro corrobora que es el mercado de segunda mano, con unidades «a muy buen precio y que son una gran oportunidad» (muchas reunidas en la feria de Amio), el que contribuye en gran medida a superar una situación complicada: «Venimos de la crisis de la pandemia, y ahora está la crisis de los microchips», circunstancias que están afectando sensiblemente al sector. Iglesias, por su parte, destaca también esta opción para entregas inmediatas, con un elevado número de vehículos «con pocos kilómetros, procedentes de renting».
Ventas de híbridos al alza
En cuanto al tipo de motor, María Caeiro nota una mayor conciencia hacia la sostenibilidad en el comprador, con unas ventas de eléctricos a particulares que «no son grandes cantidades, pero empiezan a ser representativas». Iglesias apunta las buenas ventas de los híbridos, por encima de unos híbridos enchufables y eléctricos que se encuentran con el obstáculo de la falta de infraestructuras para recargarlos, sin suficiente red de electrolineras y sin zonas de carga en comunidades vecinales.
En los motores de combustión, la gasolina desplaza ampliamente al diésel. Díaz Molk considera que detrás de la caída de ventas, además de la crisis de los microchips, están también las dudas sobre qué tipo de motor elegir: «La gente espera un poco más para decidirse. Piensan ‘creo que hay que comprar eléctrico, pero no lo tengo claro. Voy a esperar un año más a ver si se clarifican las cosas'», retardando así la compra del nuevo vehículo.