Otros tres colegios de Santiago apoyan que su alumnado evite el coche para acudir a clases

joel gómez SANTIAGO / LA VOZ

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Carlos Rendo, uno de los policías locales que atienden el área de seguridad vial, con el chaleco que se distribuye a escolares de Santiago para acudir a pie al colegio
Carlos Rendo, uno de los policías locales que atienden el área de seguridad vial, con el chaleco que se distribuye a escolares de Santiago para acudir a pie al colegio PACO RODRÍGUEZ

La iniciativa comenzó en el 2016 y el último curso se adhirieron 150 escolares del Pío XII, Raíña Fabiola y Ramón Cabanillas. Ahora solicitan sumarse el López Ferreiro, el de Vite y el Apóstolo Santiago

05 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El alumnado que va al colegio caminando, en bicicleta o en patinete, en vez de en coche, está más predispuesto para aprender, porque se muestran más despiertos; mientras quienes llegan en automóvil, sobre todo en invierno con calefacción, suelen mostrarse más dormidos. Además, evitar el coche aumenta la seguridad a la entrada de los colegios; mejora el tráfico en la ciudad, al restar circulación; fomenta el hábito saludable del ejercicio físico entre escolares y adultos que les acompañan; favorece hacer amistades; y es bueno para el medio ambiente, al reducir la contaminación.

Todas esas son algunas de las principales ventajas de la iniciativa Colecamiños. Camiño escolar seguro, que comenzó en el 2016. Hasta ahora se adhirieron tres colegios de la ciudad: el Pío XII, con 90 escolares el último curso; el Ramón Cabanillas, con algo más de 50; y el Raíña Fabiola con una veintena; más de 150 entre los tres centros. Pero otros tres se interesaron para poder sumarse desde septiembre: el López Ferreiro, el de Vite y el Apóstolo Santiago. En los dos primeros el proyecto está ya avanzado y es muy probable que comience el próximo curso; en el Apóstolo Santiago faltan más estudios para poder concretarlo bien, avanza Carlos Rendo, uno de los policías locales que dinamiza el departamento municipal de seguridad vial.

 Porque Colecamiños es una experiencia compleja, para garantizar la seguridad del alumnado que participa y la tranquilidad de sus familias: «Antes de pór a andar Colecamiños nun centro estudamos ben as rutas. Seleccionamos as máis seguras e, de seren precisas, informamos para que se mellore o firme, a sinalización, a visibilidade, ou que se corrixan anomalías e obstáculos», indica Rendo.

Se señaliza el trayecto del camino escolar, y se intensifica su vigilancia durante el recorrido. Así, en el Pío XII funcionaron rutas desde la plaza de Vigo, por la rúa Nova de Abaixo, Montero Ríos, cruzaban la calle Rosalía de Castro y accedían al colegio por la avenida de A Coruña; otro grupo parte desde la plaza Roxa, Costa da Camelia y se sumaban con los que procedían de la plaza de Vigo; otro desde Porta Faxeira, por la Alameda; y otro, desde Vista Alegre, que se aprovecha para el Pío XII y el Raíña Fabiola, centros están situados próximos. En este último itinerario, junto al campo de fútbol se habilitó un punto de encuentro para que quienes acercan al alumnado en coche puedan aparcar hasta una hora y esperar a que se junte todo el grupo que se desplaza a pie. Los adultos pueden acompañarlos al colegio, si pueden y lo desean.

Al alumnado se le distribuyen chalecos de seguridad, para que sean visibles mientras caminan. Y unas pulseras, que deben pasar por un lector cuando llegan al colegio, y eso posibilita que se envíen mensajes a la Policía Local y a sus familias para confirmar que han llegado bien.

«As maiores reticencias son dos pais; teñen inquietude pola seguridade, consideran que os fillos non están suficientemente maduros para ir camiñando», admite. La participación es mayor los días de buen tiempo, y desciende cuando llueve y el clima es más desfavorable.

Gracias a Colecamiños hay menos coches que aparcan en doble fila, encima de la acera, ocupan pasos de cebra y otras situaciones indeseables. Se reducen así los riesgos y se mejora la seguridad. Es además una actuación de enorme interés educativo, pues la seguridad vial es una materia valorada en el currículo.

«Olliños» para quienes participan, que pueden cambiar por regalos

La mascota del programa municipal de seguridad vial, Moito olliño, está muy presente en esta iniciativa. A cada escolar se le da un olliño por cada día que se adhiere a Colecamiños. Y cuando juntan varios pueden cambiarlos por regalos, en establecimientos de la ciudad que apoyan esta iniciativa. En fin de curso es cuando más suelen hacerlo. El regalo que más olliños requiere es una bicicleta. Pero también pueden acceder a entradas de cine (20 olliños), balones para jugar al fútbol o al baloncesto, gafas de sol, estuches para el colegio y otros. Es un incentivo más para promocionar un hábito saludable y bueno para el ambiente; y que es asimismo unas de las principales acciones de seguridad vial en Santiago.