

















Las movilizaciones se intensifican en la ciudad ante el 1 de mayo y las municipales. Ayer hubo tres al mismo tiempo
26 abr 2023 . Actualizado a las 17:59 h.Además de ejercer el rol de ciudad más turística, Santiago de Compostela es el epicentro político y administrativo de Galicia, y a pesar de los múltiples beneficios que eso genera, también conlleva inconvenientes, en especial las numerosas manifestaciones que se vienen registrando en las calles de la capital.
Obviamente, todas aquellas personas que quieren reivindicar democráticamente sus inquietudes o problemas deciden hacerlo en el lugar en que se encuentran las personas que deberían resolverlos: los políticos. En plena etapa preelectoral, a casi un mes de las municipales del 28M, la capital se convierte en el «manifestódromo» gallego, lo que provoca fuertes alteraciones en el funcionamiento normal de la ciudad y en la vida cotidiana de los compostelanos, que sufren, sobre todo, restricciones en la movilidad en el centro urbano y en los accesos.
Cabe destacar que solo ayer se registraron tres concentraciones en diferentes puntos de la ciudad. La primera, en la estación intermodal, donde los conductores de autobuses reclamaron un acuerdo para que la patronal acceda a su demanda de subirles los salarios en relación al índice de precios de consumo (IPC). Salieron a las 11.15 horas y bloquearon las carreteras hacia el Parlamento Galego cerca de unos 45 minutos, lo que obligó a la Policía Local a desviar el tráfico. Tras ellos, los trabajadores de la enseñanza concertada se concentraron delante de la Consellería de Educación, en San Caetano. La última reivindicación correspondió con la convocatoria de Erguer, entidad que denunció los recortes en el sistema educativo y solicitó, entre otras cosas, el fin de las tasas universitarias.
Lo de este martes es solo un ejemplo de lo que se lleva viviendo en capital gallega en las últimas semanas. La peor parte llegó con las protestas de los bateeiros, que se encuentran en pleno conflicto por la explotación de la mejilla, y que han ido generando diversos problemas en la ciudad. El primero destacable fue el 23 de marzo, cuando los productores colapsaron las carreteras de la ciudad con sus vehículos y remolques, sobre todo en las carreteras de la zona norte, bloqueando el barrio de Vite y el todo el entorno de San Caetano.
Pero nada que ver con lo acontecido el 13 de este mes, cuando llegaron a vivirse incidentes en las puertas de San Caetano. A pesar de que los problemas no afectaron a la circulación viaria, agentes de la Policía Nacional acabaron cargando contra los manifestantes, siendo dos detenidos y acusados de presuntos atentados contra la autoridad.
Esa es la cara que, en pleno período preelectoral, define a Santiago de Compostela. En plena escalada de precios y de salarios congelados, todas las reivindicaciones se esperan para el próximo lunes, 1 de mayo, Día de los Trabajadores. Las pancartas, proclamas y manifestantes volverán a colapsar la capital gallega. Y no será la última vez antes de las elecciones del 28M.
El Concello apuesta por reforzar los dispositivos de la Policía Local con horas extras
«Ese es uno de los problemas que tenemos por ser la capital de Galicia. Por eso creemos que la Xunta debería aportarnos más dinero, hay que pagar horas extras de los agentes», lamenta el concejal de Seguridade Cidadá e Mobilidade, Gonzalo Muíños, quien explica que «siempre se incrementa la policía en los lugares que consideramos conflictivos. Intentamos anteponernos, pero no siempre es sencillo».
Destaca el edil que la subdelegación del Gobierno «puede avisar de un día para otro. Por ejemplo, nos preocupa la huelga del transporte, ya que puede generar un problema importante de movilidad. En Santiago se están moviendo al día en bus unas 26.000 personas. Estamos negociando los servicios mínimos, sobre todo para que se vuelquen en el hospital, pero sigue siendo difícil».
En casos como este, Muíños explica que el control de la situación se realiza desde la sala de vigilancia viaria que se encuentra en la sede de la Policía Local: «Les permite seguir las distintas calles, pero después también hay agentes en los lugares. Sobre todo en los cruces o puntos que pueden ser conflictivos».
Un derecho
Manifestarse es un derecho, y quien protesta quiere ser escuchado. Queda poco más de un mes para las próximas elecciones municipales, y aunque el «manifestódromo» está concurrido y con escenas de tensión desde hace varias semanas, las movilizaciones no decaerán. Al mismo tiempo, los vecinos de la ciudad, por serlo, a sufrir las consecuencias. ¿Y sus derechos?