«No País Vasco ténselle moito aprecio á cultura galega»

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

SANTIAGO

Natalia Noguerol

La música une en Bilbao a emigrantes del interior de Galicia

07 may 2023 . Actualizado a las 13:27 h.

En el barrio de Deusto, en Bilbao, hay un pequeño gran gaiteiro: Unax, de 9 años. «Los vecinos no solo no se quejan, si no que lo animan», cuenta Unai, su padre. Ni él, ni la madre del pequeño, Esther, encuentran raíces gallegas en sus respectivos árboles genealógicos, en el que Unax representa a una nueva generación de vascos —otra más— entre la que aún resuena el folklore popular gallego, gracias a la labor de difusión que realiza la comunidad gallega en la diáspora. «No País Vasco, ténselle moito aprecio á cultura galega», apunta Manu, «O Hedras». A su habilidad para hacer sonar las hojas de hiedra le debe el sobrenombre este oriundo del municipio lucense de Castro de Rei. Aprendió con un alalá de Pablo Carpintero, el lutier al que Esther y Unai le compraron la gaita que toca Unax; quien los puso en contacto con el grupo del que Jose forma parte junto con una docena de emigrantes gallegos, en su mayoría residentes en Recalde, otro distrito bilbaíno. Los hay con familia en Sobrado dos Monxes, en Cospeito, en Vila de Cruces, en Palas de Rei, y en Melide.

De ese último municipio partió con tres meses de vida Roberto, que, hace una semana, regresó, con toda la tropa, a su aldea natal, Furelos, para participar con la agrupación en la Foliada que se celebró en la localidad melidense. Es el alma máter de la formación, a la que pusieron por nombre «A Casa da Troula». Se creó en septiembre de 2009 «case sen querer. Eu marchara dun grupo no que estaba en Santurtzi —cuenta—, veu un amigo para que lle ensinara unhas pezas, logo outro, e despois outro, e así nos fomos xuntando sen querer formar ningún grupo». Desde entonces, pasaron casi 14 años, y ahí siguen, siendo ejemplo del encomiable trabajo que se realiza en la emigración en defensa de la cultura gallega. «É unha forma de quitar a morriña», afirma Roberto. Y desde el absoluto respeto. «É unha afección, pero ensaiar hai que ensaiar, porque nós ao final o que facemos é manter unha cultura, e hai que terlle respecto», reivindica Jose «O Hedras».

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Y al frente de los ensayos —cuatro días a la semana—, y de la agrupación, está Mónica Vaqueiro. Esta maestra de música, nacida en Bilbao hace 32 años, hace más de dos décadas que empezó a tocar la gaita gallega. Es hija de picheleira. Y la autora de la pieza de la que, por propia, presume la agrupación: la «Muiñeira de Furelos». «Levo anos intentando compoñer, saíronme outras pezas, e esta, que ma pediu meu amigo Roberto hai anos, é a primeira muiñeira que fago. Xurdiu da improvisación; na casa —cuenta— improviso coa gaita, gravo e logo desenvolvo a idea, e así foi coa muiñeira, presenteina e gustou». Gustó en el grupo, y la bailaron y aplaudieron en la Foliada de Melide, donde la agrupación despidió con la pieza un tradicional serán. Eso sí, no sin antes estrenarla donde correspondía: a los pies del puente medieval de Furelos, un emblema de la arquitectura civil del Camino Francés, que cuenta así, a partir de ahora, con su propia muiñeira.