A seis días del final de la campaña y con las encuestas y las sensaciones a pie de calle sobre la mesa, los interrogantes sobre la composición del próximo gobierno de Santiago siguen inamovibles en el aire. El voto hoy indeciso u opaco, que supera el 24 % en la encuesta de Sondaxe, puede ser determinante, tanto por la izquierda como por la derecha: ¿Vamos hacia un tripartito con Rozas o bastará con la suma de Bugallo y Goretti para formar una coalición de centroizquierda? ¿Podrá Borja arañar la mayoría absoluta de trece actas imprescindible para ser alcalde? ¿Habrá en esta recta final algún sorpresivo detonante que sacuda la, hasta ahora, previsible dialéctica electoral y movilice el voto hasta el punto de cambiar la correlación de fuerzas? Desde hace varios meses se perfila la certeza de que Borja Verea ganará las elecciones, entendiendo por ganar que será el más votado, no que pueda gobernar, aunque seguramente él reclamará en la misma noche del 28M que le dejen hacerlo, presentándose con el aval de ser la opción preferida por los compostelanos y la única fiable frente a un hipotético desgobierno de dos o tres fuerzas políticas. Certeza es también que a Bugallo le va a costar Dios y ayuda minimizar la hemorragia de ese voto que en elecciones autonómicas y generales es de centroderecha y que históricamente ha dado la alcaldía, salvo en el 2011, a los socialistas. Cabe atribuir el crecimiento del PP a la vuelta del voto de centroderecha a su espacio natural, impulsada por el desgaste de Bugallo y últimamente por la irrupción en campaña del debate estatal centrado en EH Bildu —ojo, que esta también puede ser la clave del incremento de la intención de voto de Vox en Santiago, aún muy lejos de obtener un acta—, sumado al intenso trabajo desarrollado por un candidato que desembarcó en la política local hace tres años, obligado a dar a conocer su valía. A la izquierda de Bugallo, asistimos a la pugna entre María Rozas, con el apoyo declarado de Yolanda Díaz, y Goretti-Pontón, ofreciendo resistencia la primera al sorpasso del Bloque a Compostela Aberta y desdibujando lo que hace pocos meses parecía una de las certezas de este 28M. La decisión, apreciado elector, es suya,