Gómez-Ulla investiga el primer anticuerpo biespecífico de uso intraocular disponible en España

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El doctor Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal, fundador y director médico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, de Santiago
El doctor Francisco Gómez-Ulla de Irazazábal, fundador y director médico del Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla, de Santiago Sandra Alonso

Esta terapia puede implicar menos inyecciones en el ojo a lo largo del tiempo, mientras mejora y mantiene la visión y la anatomía

21 sep 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El Instituto Oftalmológico Gómez-Ulla es uno de los veinte centros españoles que participan en la investigación del primer anticuerpo biespecífico de uso intraocular disponible en España para el tratamiento de la Degeneración Macular Asociada a la Edad neovascular o «húmeda» (DMAEn) y la alteración visual debida al Edema Macular Diabético (EMD).

La DMAE es una enfermedad degenerativa crónica y progresiva de la retina y una de las principales causas de deterioro de la visión en personas mayores de 50 años y el EMD es una complicación de la diabetes que afecta al 7 % de las personas que conviven con esta patología. Estas afecciones de la retina son dos de las principales causas de pérdida de visión en todo el mundo.

Faricimab es el primer anticuerpo humanizado biespecífico para el ojo dirigido a dos vías distintas de señalización implicadas en DMAEn y EMD. Los estudios fase III muestran que, a los dos años, casi un 80 % de los pacientes tratados con este fármaco en ambas patologías pudieron extender el intervalo de tratamiento a cada 3 o 4 meses y más del 60 % cada 4 meses manteniendo su enfermedad controlada.

Esta terapia podría implicar menos inyecciones en el ojo a lo largo del tiempo, mientras mejora y mantiene la visión y la anatomía, por lo que podría ofrecer esquemas de tratamiento con menor carga para las personas, sus cuidadores y los sistemas sanitarios.

La doctora Marta S. Figueroa, directora médica de la Unidad de Retina de la Clínica Baviera y responsable de la Unidad de Retina del Hospital Ramón y Cajal de Madrid, ha señalado que «muchas personas con DMAEn y EMD tienen dificultad para mantener el esquema de inyecciones intraoculares y las visitas al médico frecuentes, ya que supone interrumpir sus tareas diarias, sus trabajos, para desplazarse a los centros donde reciben tratamiento. No es solo una sobrecarga para los pacientes, también para sus cuidadores que tienen que acompañarlos. En este contexto, si conseguimos espaciar el tiempo entre inyecciones, manteniendo los resultados visuales y anatómicos, podríamos ayudar a liberar la saturación que sufre actualmente el sistema sanitario».