El BNG carece de presupuestos aún, pero pide responsabilidad a la oposición de Santiago para aprobarlos

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Sanmartín evita hablar de someterlos a una cuestión de confianza cuando todavía no los ha presentado ni abierto negociaciones

22 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

La formulación de un presupuesto propio para el 2024 se está alargando más de lo deseable para el gobierno local, que antes de ponerse con su elaboración no contaba con estar a estas alturas del año, a finales de noviembre, sin haberlos presentado. Y sobre todo cuando el 2023 ya funcionó con los prorrogados del 2022. Los números parecen complicársele al bipartito (BNG-CA) entre la inflación, el incremento de gastos de personal, el previsible aumento de costes de algunos servicios, las restricciones para el destino de remanentes que traería la probable vuelta a las reglas de gasto fijadas por el Estado, las necesidades inversoras y la congelación de los ingresos ordinarios.

El ejecutivo local todavía no ha iniciado contactos con ningún grupo municipal. Ni siquiera ha presentado el borrador que PP y PSOE le están reclamando ya, después de la urgencia que Goretti Sanmartín exigía desde la oposición a los gobiernos precedentes. Después de dos meses salvando el interés mediático sobre la formulación del presupuesto con que se presentaría «nas próximas semanas», el gobierno ahora se remite a que «o escenario que se manexa é comezar pronto a negociación para a súa aprobación». Sin dar ninguna fecha por cerrada, Goretti Sanmartín espera que antes de que acabe el mes puedan empezar. «Este mes imos intentar axilizar para empezar a negociar», dice la alcaldesa, quien, aunque tiene a mano la figura de la cuestión de confianza para sacarlos adelante en el caso de que no vea la posibilidad de un acuerdo con la oposición, de momento no quiere ni mencionar esa vía. «En principio entendemos que vai haber responsabilidade por parte dos grupos» y que «se van aprobar os orzamentos», dice la regidora.

Tampoco la líder

de Compostela Aberta, socio minoritario del gobierno, quiere verse en el escenario de una cuestión de confianza, al que recurrió Bugallo para sacar los presupuestos del 2021 y con el que amagó Martiño Noriega para promover también las primeras cuentas de su mandato, una salida cuestionada en su momento por el BNG.

María Rozas confía en que los presupuestos puedan salir adelante en un contexto de negociación con la oposición. «Espero que teñamos esa oposición construtiva que necesita Santiago, porque Santiago necesita uns orzamentos». «Xa levamos un ano enteiro con orzamentos prorrogados», decía ayer la responsable de CA, «y Santiago ben merece un definitivo, porque non son poucas as necesidades que hai e porque tamén hai que ter iniciativas propias». Y los prorrogados, expuso, «sempre son de contía menor que un definitivo, en torno a un 30 %».

En cualquier caso, ya sea a través de un acuerdo o de una cuestión de confianza —una opción «lexítima, que está aí», pero «á que espero que non sexa necesario ir», dice Rozas—, Santiago entrará en el 2024 con el presupuesto prorrogado del 2022. El tiempo que queda del 2023 no es suficiente para negociar unos nuevos —una vez presentados—, dictaminarlos, aprobarlos, exponerlos al público y aprobarlos definitivamente.