La apertura de camas alivió la sobrecarga en las urgencias del Hospital Clínico de Santiago, que rozó las 500 asistencias

Álvaro Sevilla Gómez
Álvaro Sevilla SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Sandra Alonso

«Se empezó el día con 50 pacientes pendientes de ingreso y se acabó la noche con solo 12, lo que ya son cifras normales», admiten los profesionales

05 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La gripe A continúa sobrecargando a los servicios de urgencias de Santiago de Compostela. Así lo confirman desde el Hospital Clínico, que este miércoles registró 494 personas atendidas —entre adultos y críos—, así como 102 pacientes que fueron trasladados a planta. Aunque las cifras siguen disparadas, médicos del equipo admiten que «la situación sigue más o menos igual, pero se pudieron atender mejor a los pacientes porque abrieron más camas y de noche no se acumularon enfermos en el pasillo».

Esa era una de las demandas de los profesionales, que desde hace dos semanas veían como era imposible deshacer ese tapón que se crea de manera sistemática en el Hospital Clínico: «Ayer —por el miércoles— se empezó el día con 50 pacientes pendientes de ingreso y se acabó la noche con solo 12. Lo cual ya son cifras normales. Subieron todos los que estaban pendientes y quedaron los de la madrugada». Después de jornadas extenuantes, en las que los médicos llegaron a atender a más de 45 personas graves por guardia, cuando lo normal es que vea a unas 30: «Aunque la carga sea grande, ahora puedes repartir mejor el tiempo con los pacientes que entran en boxes».

Las cifras

Según los datos que publica la propia gerencia de CHUS, el miércoles se cerró con 851 pacientes hospitalizados en Santiago, así como con otros 25 pendientes de hacerlo. La ocupación de las camas destaca en quirúrgica, con un 79 % del total; así como en las unidades de cuidados intensivos, donde se ha llegado al 71 %.

El perfil de los enfermos se mantiene inamovible: corresponde con gente mayor con otras dolencias a las que la gripe A les está derivando en insuficiencias respiratorias. Su vulnerabilidad y la fuerza con la que ha pegado el virus motiva que uno de cada cinco personas que acude a urgencias acabe siendo ingresado.