Los vuelos de Santiago con Madrid pierden 270.000 viajeros desde la pandemia

s. lorenzo SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

El AVE lastra una ruta cuyo tráfico cae un 37 % mientras el aeropuerto crece un 21,8 %

21 ene 2024 . Actualizado a las 23:40 h.

La competencia del AVE está desangrando la ruta aérea con Madrid. Los vuelos con Barajas perdieron durante el año pasado 50.000 viajeros más respecto al anterior. Este nuevo pinchazo eleva a 269.587 la caída de usuarios desde la pandemia en una conexión que lleva camino de ceder en este 2024 su liderazgo histórico en el tráfico comercial en Lavacolla. El desplome de los enlaces aéreos entre Santiago y Madrid es aún más significativo porque se produce en una coyuntura de expansión sin precedentes del aeropuerto compostelano. Mientras la ruta con la capital se ha quedado sin el 37,3 % de los pasajeros que movía en el 2019, el Rosalía de Castro ha ganado un 21,8 %, registro que mantiene a la terminal como la de mayor crecimiento entre las que dan servicio a más de 3 millones de personas al año en España.

Esto se explica porque el declive de la ruta madrileña lo neutralizan los fuertes incrementos de tráfico en las conexiones en las que los desplazamientos están menos vinculados a motivos laborales y más a razones de ocio. Y Lavacolla acentuó ese perfil del viajero de sol y playa durante el último año. Así, las rutas con mayor aumento de la demanda en Santiago son Palma de Mallorca (232.783 viajeros en el 2023), Sevilla (227.710), Alicante (207.723), Málaga (205.109), Tenerife Sur (141.378) y Lanzarote (133.952). Los vuelos de Palma han incrementado sus usuarios en 80.000 desde la pandemia; los de Málaga, en prácticamente 70.000; los de Alicante, en 60.000; los de Gran Canaria, en 54.000; y los de Valencia, en 53.000. Aunque ninguna ruta tiene el crecimiento de la de Sevilla. Los vuelos con la terminal de San Pablo han ganado desde la pandemia 141.372 pasajeros. De ser el destino número 12 en cuanto a su demanda en Santiago ha pasado en los últimos cuatro años a situarse como el cuarto, solo superado por Madrid, Barcelona y Palma.

Esta expansión de los vuelos que pueden considerarse más ligados a desplazamientos turísticos y de ocio ha desplazado a las rutas internacionales. Pese a que el número de viajeros en los vuelos con Europa sigue al alza cada año, la mayor diversificación en la oferta de destinos provoca que el tráfico de cada ruta esté más repartido y que se imponga el tirón de las conexiones de sol y playa. La consecuencia es que en el 2023 no figura ningún destino internacional entre los diez con más usuarios. El más utilizado es el enlace de Ryanair a Londres (Stansted), con 108.089 pasajeros. Son casi 7.000 menos de los que tenía antes de la pandemia, aunque en la ruta con la capital británica hay que sumar los 106.043 que viajaron a la terminal de Gatwick con Vueling o con EasyJet. ¿Londres tiene menos tirón para el usuario de Lavacolla? No, pero ahora dispone de una oferta más amplia para volar a ese destino.

Ryanair adelanta a las 5.50 el primer enlace de los miércoles

Aunque el declive de la ruta con Barajas no se entiende sin la alternativa de un tren de alta velocidad que permite viajar al centro de Madrid en apenas 3 horas, hay otros factores que agravan el impacto de esa competencia sobre los vuelos. El más evidente fue la renuncia de las dos aerolíneas que operan en esa ruta —Iberia y Ryanair— a las conexiones de primera hora. Lavacolla pasó de tener el primer enlace con Madrid a las 6.50 —el que operaba la compañía irlandesa— a ofertar el vuelo más madrugador a las 9.15 —el de Iberia—. Este ajuste, que se aplica desde el otoño del 2022, complica volar en el mismo día para una reunión de trabajo en la capital, lo que aboca a anticipar el viaje a la víspera.

En un principio, la única excepción era el vuelo que Ryanair opera los martes a las 6.15, con llegada a Barajas a las 7.30 horas. Pero la aerolínea de bajo coste también ha adelantado el horario de su primer servicio de los miércoles, que ahora despega del Rosalía de Castro a las 5.50, de modo que garantiza a los más madrugadores la llegada al aeropuerto madrileño a las 7.05. Estos son los únicos días de la semana en los que la terminal compostelana dispone de horarios competitivos para volar a Madrid, mientras que el tren ofrece mayor variedad, con un primer servicio que parte de la estación de Santiago a las 5.40 horas y que llega a la de Chamartín-Clara Campoamor a las 8.45.