Hace unos días fallecía en Santiago Juan José Hernández Rodríguez, un castellano de Salamanca y gallego de adopción, que fuera director general de la Caja de Ahorros de Santiago en los años setenta del siglo pasado hasta su fusión con la Caja de Ahorros de Galicia, una integración que tenía como objetivo prestar un mejor servicio a Galicia.
Y hace menos de un año que nos dejó Dictino Maceira Fernández, un santiagués de toda la vida, que fuera su director general adjunto en la caja santiaguesa y después de aquella fusión, paso a dirigir la Comarca de Santiago de la entidad financiera hasta su jubilación.
Juan José y Dictino parecían dos almas gemelas. En ambos sobresale el talante sereno, amigable, dialogante y conciliador tanto con amigos como con profesionales. Su gran honradez intelectual, su coherencia personal y su trato cordial son solo algunas de las muchas virtudes que siempre les atribuyeron quienes les conocieron y trataron.
Desde la óptica profesional su faceta más relevante es haber sido hombres de empresa. Ambos se movían permanentemente por los amplios espacios económico-financieros de Santiago y de Galicia, esta tierra para la que ellos querían y buscaban un desarrollo armónico acorde con sus recursos, con sus inmensas posibilidades y con la laboriosidad de sus gentes
Desde la Caja de Santiago primero y desde Caixa Galicia después ambos dejaron una huella profunda entre los ahorradores, entre los autónomos y los empresarios, pequeños, medianos y grandes, como brillantes profesionales de las finanzas ayudando al crecimiento de las personas y de las empresas, aportando siempre su valiosa contribución a la economía productiva, innovadora y sostenible.
Es preciso destacar, asimismo, la gran sensibilidad social de ambos que tenía su manifestación más genuina en le Obra Social que desplegaron aquellas Cajas, que ellos impulsaron promoviendo la cultura en todas sus manifestaciones, apoyando a los investigadores y ayudando a la gente más desfavorecida, siempre sin protagonismo personal en un rasgo de fidelidad a aquella máxima bíblica «que no sepa tu mano derecha lo que hace la izquierda».
Juan José Hernández y Dictino Maceira forman parte del grupo de gallegos emprendedores y dinámicos que trabajaron con ilusión y valentía para que el progreso se derramara en abundancia sobre Santiago, sobre Galicia y sobre los gallegos. Ellos creían en las posibilidades de esta tierra y a su desarrollo dedicaron todos sus conocimientos y energías.
La ciudad de Santiago está en deuda con estos dos dirigentes empresariales que dejan para las nuevas generaciones un trayectoria personal y profesional ejemplar e impecable. Descansen en paz.