Operación Peleteiro, fracaso tras fracaso

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

El céntrico solar todavía mantiene el planeamiento del 2005, que primaba el uso comercial

21 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Nunca hubo un consenso tan claro en las últimas corporaciones municipales como el que generó la necesidad de revisar el planeamiento de la parcela del Peleteiro para reconducir un reparto de usos que, dos décadas después, Santiago considera superado por la propia evolución de la ciudad. E incluso así, con ese grado de entendimiento, el solar se encuentra —tras años de debates municipales tan encendidos como frustrados, soleados y contaminados electoralmente— a un paso de ponerse de nuevo en el mapa con el proyecto que nadie quiere: uno de clara preeminencia comercial y hotelera, no tanto residencial, y contra el que Raxoi pretende jugar todavía una última baza apelando al Gobierno central.

Con una edificabilidad lucrativa de 23.500 metros cuadrados, de los que el comercio, ocio y restauración se llevan 12.000 y el uso hotelero, 7.000, la vivienda se queda con 4.500 (poco más de 40 pisos de precio libre). Eso es lo que admite y permite el planeamiento y por lo que ha apostado finalmente la propiedad, la Sareb, con la licencia que pidió en el 2023 después de esperar años por un acuerdo político en Raxoi que no acabó de llegar, pese a su disposición a rebajar la edificabilidad hasta los 19.900 metros cuadrados, limitar el uso comercial a 3.500, eliminar el hotelero y elevar el residencial a 15.500, lo que daría para unas 150 viviendas, el 20 por ciento protegidas.

Eso es lo que pactó en su momento con el gobierno de Martiño Noriega, interesado en revertir en cierta medida el planeamiento del 2005, pacto que respetó Xosé Sánchez Bugallo cuando le dio el relevo en la alcaldía, después de que su grupo, entonces liderado por Paco Reyes, impidiese con su abstención en el pleno que prosperase la iniciativa de CA. Por mucho que esta defendiese que contaba con el consenso vecinal y del comercio, el problema no estaba tanto en las condiciones de esa revisión como en la distribución y ejecución del proyecto. Reyes echaba en falta informes económicos y jurídicos que podrían condicionar la operación y pedía que se dejase para la próxima corporación, como el PP, que veía mucha precipitación en la iniciativa. Faltaba entonces mes y medio para las municipales del 2019, pero CA mantuvo su propuesta. Su concejal de Urbanismo, Jorge Duarte, admitía que el proyecto «podía ser mellorable con máis tempo», pero que aquella era solo la aprobación inicial.

Pero al margen del debate posterior que abrió el PSOE acerca de esos informes, y del respaldo técnico que sí logró su plan, el caballo de batalla acabó siendo la configuración de la plaza de 1.395 metros cuadrados en torno a la que se levantarían las edificaciones. CA apostaba por abrirla a República Arxentina, lo que liberaba ese frente y mantenía la luminosidad de sus fachadas. El PSOE observó, no obstante, que lo que aseguraba el soleamiento de la que estaba llamada a ser una plaza muy activa en el Ensanche era su apertura, al menos preferente, por San Pedro de Mezonzo.

Y ahí comenzó un largo tira y afloja entre ambas formaciones al que asistió toda la ciudad y que acabaría en mayo del 2022 con un principio de acuerdo, también con la propiedad, que aseguraba una apertura de 49 metros por San Pedro de Mezonzo y de 20 metros por República Arxentina. CA se comprometía entonces públicamente con una solución que, finalmente, tampoco lo sería.

Segundo debate plenario

Cuando la propuesta llegó al pleno en diciembre del 2022 (cinco meses antes de las últimas elecciones), la formación municipalista acabaría absteniéndose, en medio de sus reproches por el desamparo en que el PSOE había dejado su iniciativa en el 2019 «por interés electoralista», y alegando que Bugallo no había conseguido el consenso social total que reclamaban. No contaba con el de Raigame, aunque sí con el de las otras cuatro entidades representadas en la comisión mixta del Peleteiro: Agadea —interesada en la creación de un centro de día en el inmueble de 900 metros cuadrados que la Sareb debe ceder al Concello junto con los 1.395 de la plaza— y las tres entidades comerciales con implantación en el Ensanche, desencantadas, entonces y ahora, con el fracaso de ese segundo intento de desarrollar la parcela.

La abstención de CA y del BNG (aunque el voto de este no era determinante) dejó la propuesta sin efecto, ante la posición de un PP que planteaba una vía alternativa y que no estaba por apoyar la socialista. Para entonces, tampoco se habían resuelto del todo con la Sareb detalles técnicos de redistribución del proyecto derivados del acuerdo de mayo, lo que llevó a CA a apuntar que tampoco había acuerdo con la propiedad cuando la propuesta fue a pleno.

Bugallo apuntaba esta semana que advirtió «do risco que se estaba correndo», pero que PP, CA y BNG decidieron que «o obxectivo máis importante era cambiar de alcalde, non resolver o problema do Peleteiro». El riesgo era que la Sareb pidiese, como hizo, licencia con el planeamiento actual, ese que nadie en Raxoi quería ya.

Sanmartín se juega la última baza el día 10 de mayo en Madrid, apelando al Gobierno

La licencia que solicitó la Sareb en el 2023, prácticamente cuando las urnas decidían la composición de la nueva corporación, no solo aprovecha las posibilidades que le ofrece el actual planeamiento sino que la entidad ha decidido ya que ese es el proyecto con el que irá adelante. Aunque el nuevo gobierno había abierto de nuevo conversaciones para tratar de volver a un planeamiento que aligerase la edificabilidad y su carga comercial y hotelera, además de ampliar la entrada por República Arxentina, la Sareb ha dado por concluida esa vía rechazando sus propuestas y manteniéndose en el proyecto para el que ha pedido licencia, aunque abierto a los ajustes que pueda precisar.

Pero el Concello no desiste de un último intento. Cerrada la vía de la cesión de la parcela que pidió Goretti Sanmartín para destinarla a vivienda protegida —como ella misma reconocía esta semana—, y con la negativa ahora de la Sareb a rebajar la edificabilidad, la alcaldesa jugará su última baza en Madrid. Apela al Gobierno para que convenza a la Sareb de volver a la negociación. El día 10 de mayo defenderá ante los ministerios de Hacienda y Vivienda la «posición de cidade» de buscar otra oportunidad para rebajar esa edificabilidad y proyectar menos comercio y más vivienda.