El área recreativa de Agronovo y el puente de Sarandón, un plus de encanto al sur de Santiago
SANTIAGO
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En Sarandón lo que llama la atención es el gran ancho del Ulla y el puente que lo salva
25 may 2024 . Actualizado a las 05:00 h.Ponte Ulla es uno de esos rincones que tienen una gran potencialidad para convertirse en un lugar simplemente bello. Y además tiene patrimonio. Desde ahí puede seguirse el curso del río Ulla por la Ruta San Xoán da Cova, obviamente solo para senderistas.
Tras recorrer la pequeña localidad levantada a la orilla del Ulla y en la cual abundan las casas de piedra, se deja el lavadero a la derecha y se sale en ascenso con sombra hasta encontrar un cruceiro trabajado con varal adornado prácticamente circular y un buen ejemplar de hórreo. Ahí justo arranca a la izquierda una pista señalizada Ruta San Xoán da Cova, que va a permitir el descenso y volver a acercarse al río.
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E inmediatamente aparecen a la vista las primeras parras. Se van a encontrar aquí y allá, así como extensiones pequeñas y muy grandes de viñedo. Y es que los vinos de esta zona están incluidos en el Denominación de Orixe Rías Baixas, en cuyas bodegas manda el ahora popular y siempre selecto albariño. A los 900 metros escasos desde el puente de Ponte Ulla se pasa ante la EDAR, la pista dibuja dos ángulos de 90 grados y deja a la izquierda un lavadero que nunca fue una obra de arte, pero que no desentona en el paisaje tan verde.
Lo que hace es bordear un delgado y muy bonito bosque de ribera, porque por ahí discurre una humilde corriente de agua. Bordeando una gran extensión de viñedo, y buscando siempre la cercanía del río, aparece por primera vez y desde luego no la última la posibilidad de ir por asfalto —siempre un poco más lejos del Ulla— o por tierra. En este segundo caso, las pistas son anchas y cómodas, sin desniveles importantes e idóneas para quienes prefieran hacer la excursión en bicicleta.
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Quienes elijan el coche tendrán como referencia visual el campo de fútbol, más difícil de ver para quienes, en un nivel inferior, hayan elegido una magnífica pista de tierra vecina del Ulla. Tanto en un caso como en otro se va a cruzar la autovía de Santiago a Ourense y se va a alcanzar el área recreativa de Agronovo, a menos de cinco kilómetros de Ponte Ulla.
Y esa área es grande. Ofrece, como todas, mesas y sillas, y un puentecillo de madera necesitado de una reparación porque cualquier día desafiará la ley de la gravedad. Lugar arbolado, de gran belleza y en el cual, en los meses estivales, es posible alquilar piraguas que tienen reservada una zona para desatracar y atracar. Si no hay ganas de seguir, el lugar es un magnífico punto final a la jornada.
Para quien continúe, la historia se repite: sin asfalto, pegados a la corriente de agua, que por esos pagos forma unos rápidos cuyo fragor se convierte en música. Por asfalto, apartándose más del río, y en este caso la referencia es la Adega Valdés, que está señalizada y que debe quedar a la izquierda. También una residencia canina, más adelante, en este caso dejándola a la diestra.
En coche se busca Sarandón, al igual que se hace en bicicleta por tierra (o, por supuesto, aquellos que siguen la Ruta San Xoán da Cova). Corbeixe es la última referencia, porque por ahí hay que pasar.
Es Sarandón un pequeño lugar en el cual lo que llama la atención es el gran ancho del Ulla y el puente que lo salva. Un puente por el que se puede ir andando ya que hay unas aceras si bien muy estrechas. Y lo curioso es que el tablero presume de tener adoquines, lo cual le da un aspecto magnífico.