Las piscinas del Monte do Gozo, un oasis escondido en Santiago para familias y grupos de amigos que buscan refugio frente al calor

v. peña / i. c. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

Hasta el 15 de septiembre se puede disfrutar de este espacio relajante

06 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Con un entorno de casi 5.000 metros cuadrados de zonas verdes, las piscinas del Monte do Gozo son uno de los lugares más tranquilos de la ciudad para relajarse con amigos y familia. Desde su apertura el 1 de julio y hasta su cierre de temporada el 15 de septiembre se podrá disfrutar de este espacio moderno y acogedor que cuenta con tres piscinas conectadas por plataformas de piedra sobre el lago, una para niños, otra más profunda para adultos y un pediluvio. La entrada para niños de hasta cinco años es gratuita, para chicos de seis a dieciséis cuesta 1,5 euros y para adultos 3 euros.

Una clienta habitual de estas piscinas es Dumitrita «Dumi» Boar, de Transilvania, que llegó a Galicia hace 20 años para hacer un máster en Filoloxía. Descubrió este espacio la temporada pasada y desde entonces va a disfrutar las tardes de verano con su hijo Brais, que con tan solo seis años adora nadar en la piscina de adultos.

Dumitrita ha ido a otras piscinas públicas de Santiago, pero las de Monte do Gozo son sus preferidas por varios motivos: «Estamos encantados porque no es una piscina masificada, las aguas están limpias, tiene un parque con juegos para niños aquí al lado al que se puede ir un rato más después del cierre de las piscinas y así Brais vuelve cansado a casa, y además los socorristas son majísimos». Solamente les encuentra un defecto y es que no tienen baño dentro, por lo que al tener niños esto resulta un problema.

Baños de sol en hamacas

Además de ser un lugar ideal para las familias, estas piscinas también son un buen plan para ir con amigos. Este es el caso de Carlos Pérez, un joven santiagués que ya ha ido varias veces este verano porque le gusta tomar sol con sus colegas. Es un entorno perfecto por ser abierto y no tener construcciones cercanas que le tapen el sol. Para Carlos, esto es una gran característica porque si hubiera sombra le «daría frío», además le gustan las hamacas que hay para descansar al sol sobre las plataformas.

Santiago Galea es la primera vez que va a las piscinas y destaca que la cantidad de personas que hay «no está mal, la verdad, pero si se peta mucho más quizá me agobie un poquito». En cuanto al lugar, le parece pequeño, pero igualmente cómodo para tomar sol y luego refrescarse en la piscina de adultos.

El Monte do Gozo es reconocido por estar al paso del Camino, por esta razón los turistas y peregrinos llegan a sus piscinas buscando un poco de alivio y hacerle frente a la ola de calor. Esteban Villanueva está en Santiago por trabajo, pero vive en Burgos. Es la primera vez que viene a estas piscinas, aunque ya ha ido a otras de la ciudad. Comenta que «están bien», pero tiene «los baños lejos» y «son un poco pequeñas».

Las piscinas del Monte do Gozo cuentan con dos socorristas durante todo el horario que están abiertas, desde las 12.00 hasta las 20.00 horas. Gabriel Castro, coruñés de 20 años que se estrena este año como socorrista, se siente «muy seguro y tranquilo», cualidades indispensables para esta profesión.

Lleva más de dos semanas en su puesto, pero ya tiene varias anécdotas. Ha tenido que socorrer a personas dentro de las piscinas y fuera de ellas. Entre las 16.00 y las 17.00 se empiezan a llenar, «suelen venir familias y jóvenes», pero con quien también se lo pasa muy bien es con los peregrinos porque «son muy majos». Le gusta mucho su nuevo trabajo y comenta que está muy bien. Destaca el hecho de que «es un recinto completo porque alrededor se hacen festivales, arriba hay un bar, al lado están los albergues y al ser una ruta de peregrinaje se suele llenar bastante de peregrinos». Además diferencia y realza lo que para él es uno de los principales atributos: «En una piscina cubierta se respira cloro… se pasa calor, pero en estas al ser piscinas descubiertas se respira aire fresco».