El Concello de Santiago municipalizará la cocina escolar y la gestión de la compra de alimentos

r. m. SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

No será, en cualquier caso, antes de dos años, cuando termine la actual concesión

04 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La construcción de la cocina centralizada que proyecta el gobierno local para atender los comedores escolares que gestiona el Concello terminará con el modelo concesional en ese servicio. El ejecutivo de Goretti Sanmartín (BNG-CA) quiere tener control total sobre la adquisición de los alimentos y su elaboración, y la municipalización del servicio es la forma de garantizarlo. No es que ahora no se realicen los controles oportunos para garantizar la calidad en la prestación, afirma la concejala de Educación, Míriam Louzao, pero «entendemos que a forma de prestar o servizo ten que ser dende o Concello», defiende, al tiempo que recuerda que el modelo del gobierno no solo apuesta por una cocina de proximidad (geográfica y en los productos), sino que está vinculado a un proyecto pedagógico que incida en hábitos alimenticios.

Y esa apuesta pasa por la creación de un nuevo servicio municipal que gestione la adquisición, preparación y distribución de los menús. En cuanto a la prestación expresa, el bipartito tiene claro que el personal de cocina será contratado por el Ayuntamiento. En el caso de los cuidadores ya no está tan decidido. «Hai que estudalo. Igual esa parte sácase a licitación. Temos que analizalo», precisa Louzao.

La clave del nuevo modelo está, esencialmente, según la edila, «en qué alimentos cociñamos, como os cociñamos e como os distribuímos, porque algúns centros quéixanse de que non lles chegan suficientemente quentes». Y también en la compra de los alimentos, «que queremos facer directamente dende o Concello», aunque para ello «haberá que facer un prego». Según Louzao, se está trabajando en una ley de consumo que permitiría «poder pechar no prego esas cuestións de que teña que ser alimento de cercanía, porque nos parece importante que sexa de provedores da comarca, ou do Concello, incluso». Ahora mismo la ley no permite limitarlo a empresas del Concello, explica.

En cualquier caso, el servicio municipalizado no será inmediato. De hecho, a la actual concesionaria se le prorrogó el contrato antes del verano por dos años. No podía ser por menos, dice la edila, aunque el Concello precisará al menos ese tiempo para poner en marcha su propio servicio. Y si se concreta en este mandato, será hacia su final. Todavía tiene que ver dónde se construye esa cocina: si es posible en una nave municipal —como pretende y con lo que ahorraría tiempo— o si hay que recurrir a un proyecto de nueva planta en una parcela municipal. Y también tendrá que crear el servicio municipal que gestione la prestación. Ahí entiende que no habrá problema porque, al ser de nueva creación, no estará condicionado por la tasa de reposición.

Aunque la cocina estará fuera de los centros educativos (inicialmente el BNG planteaba hacer dos o tres en colegios para servicio de la red de gestión municipal), el Concello proyecta mejoras en los comedores. En diciembre intervendrá en el del Santiago Apóstolo con un programa piloto para reducir el impacto acústico y hacer esos espacios más agradables.