El diario británico The Guardian ha publicado una información según la cual las mujeres que recorren solas el Camino de Santiago se ven acosadas sexualmente. Dicen dos periodistas que han hablado con nueve peregrinas y a todas les ha pasado, aseguran que ese acoso es «terrifying» (espantoso) y concluyen que es «endemic». Y todo ello es una puñalada para Galicia entera y muy particularmente para Santiago, donde nadie parece darse por enterado.
Los incidentes de ese estilo o de cualquier otro de tipo criminal en los caminos de Santiago son minúsculos estadísticamente, lo cual no quiere decir que no tengan que ser rechazados de raíz y perseguidos por la policía. En mi medio siglo de vida dedicada al mundo de las peregrinaciones en Galicia solo tengo constancia directa de un abuso sexual (por suerte, leve), de dos exhibicionistas (formé parte de los respectivos grupos de voluntarios para intentar localizarlos y avisar a la Guardia Civil), uno más en Portugal y, ya como ciudadano si bien sin participación directa, de otros cuatro. Es decir, ocho en medio siglo. Compárese con lo que sucede en cualquier ciudad grande.
Conozco personalmente, eso sí, a varias docenas de mujeres que han hecho solas algún Camino y a cientos, si no a miles, a través de Facebook. Jamás, fuera de los casos relatados, he recibido o me he enterado de queja de ninguna de ellas.
Necesitamos más periodismo. Y del de siempre, el de calidad. Es una pena que el expediente de The Guardian se manche con un borrón como ese, que, en suma, constituye una falacia. ¿Endémico el acoso en el Camino? ¿Cuál es el propósito de tal patraña? ¿Desacreditar la ciudad de Santiago? ¿Se han enterado la alcaldesa y la oposición?