
Inés Fraga seguirá impartiendo clases de bordado e intentará mantener el negocio con ventas por medio de su web
15 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Santiago se quedará sin otra mercería más la próxima primavera. Abril es el mes previsto para el cierre de la tienda física de Labores con aguja (San Pedro de Mezonzo), aunque su propietaria, Inés Fraga, no quiere desligarse totalmente de la actividad, y confía en «seguir vinculada, porque es un mundo que me gusta mucho». Su idea es «comenzar desde ya con la liquidación», pero con la seguridad de que no podrá deshacerse de toda la mercancía. Va a mantener la página web para seguir vendiendo todo lo vinculado al patchword, «pero tendré que hacer sitio en casa para guardar telas y otras cosas. Y dejaré las lanas, porque tengo que centrarme en una cosa», dice. Una de las ventajas de este tipo de tejidos es que «los que trabajan con ellas, saben su calidad. Se trabaja con colecciones concretas completas, así que voy a intentarlo». Su vinculación está asegurada con las clases de bordados que seguirá impartiendo en un establecimiento de Bertamiráns, y con la venta directa de sus trabajos de bordados artesanales. Tampoco dejará sus redes sociales, y prevé seguir con los vídeos de Instagram y TikTok en los que muestra técnicas de bordados y también materiales nuevos. «Los vídeos empecé a hacerlos para publicitar las novedades de la tienda física, porque incluso pasaban inadvertidos para los que venían con frecuencia a los cursos», explica. Para su sorpresa, pese a ser una tienda pequeña, «algunos vídeos superan las 40.000 visualizaciones. Quién sabe, a lo mejor es el camino», reflexiona. Inés Fraga siente tristeza por tener que cerrar la tienda física a la que llegó con ilusión, «pero sinceramente, desde que empecé todo fue difícil. Luché contracorriente». Ella asumió la gestión de la mercería especializada en patchwork en noviembre del 2021. «No solo tuve que luchar contra la pandemia, también con una huelga de transporte. Los proveedores no servían bien. Y todo al principio, cuando hay que ofrecer seguridad a la gente. Fue un momento en el que no había movimiento. Hasta era fácil aparcar en la calle». Inés reconoce que «los gallegos somos de contener el gasto cuando vemos que algo puede no ir bien, y las labores no son consideradas necesarias». Sin embargo, esta joven empresaria prefiere quedarse con la cara positiva. «Una vez, una señora me dijo que prefería venir a bordar o hacer patchwork antes que pagar a un psicólogo. Estoy convencida de que las labores son una buena terapia contra la soledad, la ansiedad y estrés». Cuando empezó en Labores con aguja, Inés dejó su trabajo anterior vinculado al turismo, con el que «no me sentía feliz». Ahora espera que el giro que le va a dar al negocio le permita no volver a cambiar de sector.