El partido que gobernó Santiago durante más de tres décadas se enfrenta a una crisis inédita que puede dejar en anecdótica su presencia municipal
20 ene 2025 . Actualizado a las 13:17 h.600 días de vértigo es el título de un libro firmado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero en el que trata de explicar sus controvertidas decisiones en torno a los años 2009 y 2011, coincidiendo con la peor crisis vivida en España en el último medio siglo. Y también son, exactamente, los días que han pasado desde el 28 de mayo del 2023, cuando la historia del PSOE compostelano comenzó a torcerse con una derrota en las elecciones por un millar de votos; hasta este viernes 17 de enero, el momento elegido a conciencia por el partido para detonar su relación con un grupo municipal que ha gobernado Compostela durante más de tres décadas y que, con todo lo bueno y lo mejorable, ha sido determinante en la historia moderna de la ciudad.
DERROTA ELECTORAL
Relevo rápido. Las diferencias en la familia socialista compostelana no son cosa de unos meses atrás. Casi siempre hubo dos maneras de entender el partido, desde la etapa de Xerardo Estévez y Ceferino Díaz en los albores de la democracia hasta las tensiones abiertas al pasar a la oposición tras la victoria del PP en el 2011 y en la travesía de ocho años hasta el regreso de Sánchez Bugallo. La referencia más reciente es la salida de este la misma noche electoral del 28 de mayo, que se produjo sin sobresaltos pese a convertirse en tercera fuerza política, quedando Gonzalo Muíños como referente en el pazo de Raxoi. Solo cinco meses más tarde, Aitor Bouza, que compartió fracaso como miembro número 11 de la lista se hace con las riendas del partido en Santiago con una candidatura en la que no aparece ningún otro miembro del grupo municipal.
PRIMEROS SÍNTOMAS
La foto de los presupuestos. El primer síntoma público de que el partido, a diferencia de los últimos 40 años, no iba a ser un apéndice de lo que se decidía en los despachos del pazo de Raxoi se evidenció el 29 de diciembre del 2023, cuando Aitor Bouza apareció en la planta noble para firmar el acuerdo de presupuestos con el gobierno bipartito del BNG y Compostela Aberta, apartando del foco a los miembros del grupo municipal. Una anomalía asumible en el marco de una nueva etapa con la que se pretendía explicitar la llegada de un tiempo nuevo y protagonistas diferentes.
FUERA DE JUEGO
El caldo de cultivo. La intervención del partido no se iba a limitar a salir en las fotografías relevantes. Desde la agrupación socialista fueron habituales en los primeros meses del 2024 las ruedas de prensa para valorar asuntos municipales, algo normal, pero al tiempo Aitor Bouza también se quedaba fuera del Parlamento pese a ir de número 4 en la lista coruñesa para las Autonómicas. Tras este imprevisto, comenzó el runrún sobre la posibilidad de forzar salidas en el grupo municipal para que corriera la lista y hacerle un hueco al secretario local en el pleno. Nada de eso ocurrió, pero públicamente empezó a trascender la falta de entendimiento.
LAS VIVIENDAS TURÍSTICAS
Contraorden pública. El 21 de junio del año pasado Bouza ofrece una rueda de prensa para explicar que el grupo municipal socialista iba a abstenerse en la votación sobre una ordenanza para regular las viviendas turísticas, descarrilando un acuerdo que el grupo municipal ya tenía engrasado. Los seis concejales entendieron que esta posición iba a impedir que saliera adelante una propuesta que era homologable con las tesis mantenidas por el PSOE cuando gobernaba, solo unos meses antes. La tensa votación del 24 de junio, en algún caso entre lágrimas, significaba la desconexión entre el partido y el grupo, y la apertura de seis expedientes a diferentes velocidades, porque prácticamente toda la responsabilidad se centró en el portavoz, Gonzalo Muíños, un concejal discreto y con fama de trabajador en la oposición y en el gobierno que siempre estuvo en un segundo plano desde que entró en Raxoi en el 2011. Se convirtió desde ese momento en el antagonista de Bouza y en la diana de las críticas orgánicas. En cuestión de días, el partido exige la salida de dos de las cuatro personas que conformaban el personal de confianza, algo que no ocurre.
LOS ARGUMENTOS DEL PSOE
Todo por escrito. Todo lo que sucedió en los siguientes siete meses aparece detallado y explicado por ambas partes en el expediente abierto por el PSOE, que incluye las alegaciones de Muíños; y en la resolución de Ferraz, en la que la comisión ejecutiva federal detalla punto a punto los motivos que le llevan a suspender al portavoz municipal durante 18 meses, desatando una crisis sin precedentes porque puede suponer su paso al grupo de los ediles no adscritos. En sus conclusiones, considera que Muíños ha cometido faltas graves o muy graves por no convocar al responsable del partido a las reuniones del grupo municipal; por impedir la colaboración con el PSOE al personal de confianza adscrito a Raxoi e impedir su sustitución; por no compartir información y documentación; por no atender una proposición sobre ordenación del tráfico solicitada por la militancia; así como por intervenciones públicas y en medios de comunicación defendiendo posicionamientos contrarios a la voluntad del partido. Sin embargo, la indisciplina en el pleno de las viviendas turísticas queda sancionada con un simple apercibimiento, lo que deja libre de cargas al resto de los ediles a los que se les abrió expediente por la chispa del conflicto.
LA POSICIÓN DE MUÍÑOS
Un traje a medida. Las alegaciones de Muíños, hilvanadas a través de medio centenar de puntos, son un golpe tras otro contra la agrupación local, con el objetivo de demostrar que toda la crisis es una operación forzada por las ejecutivas local y provincial para tomar el control del grupo municipal; él sostiene que desde el primer momento trató de mantener una «liña de diálogo» entre Raxoi y la Casa do Pobo; que hubo un intento evidente de excluir a los ediles en las decisiones relevantes del Concello, como el apoyo o no a los presupuestos; que tuvo toda la disposición para articular la comunicación en redes y en los medios; y un sinfín de pequeños roces que, relevantes o no para el caso, abren en canal una convivencia incómoda e insostenible que ha desembocado en su expulsión temporal.
¿QUIÉN ELIGE AL PORTAVOZ?
Cuatro a dos en el grupo. El PSOE no dejó pasar más de siete horas tras hacer público el expediente a Muíños para nombrar a otro portavoz municipal, Gumersindo Guinarte, con Marta Abal como secretaria del grupo. Ambos se mantuvieron alineados con el expedientado hasta hace unas semanas, cuando empezaron a dar muestras de distanciamiento para ofrecerse como vía de salida. Por otro lado quedan el propio Muíños, Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez. Dos contra cuatro. En teoría, desde el viernes corren las 72 horas de margen para que se convoque una reunión del grupo y que este asuma la decisión de la ejecutiva. Pero eso no va a suceder, porque esa mayoría solo apuntalaría a Muíños como portavoz.
Besteiro dice que hay que acatar las normas
El secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, se ha referido a la decisión de la dirección federal del Partido Socialista de suspender al que era portavoz municipal del Grupo Socialista de Santiago, Gonzalo Muíños, al asegurar que cuando una persona acepta formar parte de una organización y optar a un cargo público está «obrigada» a respetar el código ético y las normas del partido.
En una entrevista concedida a Europa Press en la capital gallega tras ser proclamado de nuevo secretario xeral, Besteiro ha asegurado que respeta las decisiones adoptadas por la dirección en lo que considera que es el «desarrollo del régimen disciplinario» del PSOE, pero rechaza entrar a valorar el contenido de la misma.
Todo ello tras conocerse que la formación suspende a Muíños de militancia y cargo público durante 18 meses por diez incumplimientos de la normativa del partido que suponen la comisión de infracciones graves o muy graves, en lo que califica de una «indisciplina reiterada».
El jefe de filas de los socialistas señala los «deberes» que uno tiene como militante y recuerda que el Partido Socialista fue parte de «una maravillosa historia con la ciudad». «El compromiso del PSOE con la capital de Galicia viene de largo y va a continuar. Esa es la dirección en la que nos vamos a dirigir, con las miras puestas en recuperar ese protagonismo», ha afirmado.
Preguntado por las palabras con las que tanto el exalcalde socialista de Santiago, Xosé Sánchez Bugallo, como el regidor del vecino municipio de Ames, Blas García, trasladaron su apoyo a Muíños y señalaron que con esta decisión se profundiza en el conflicto, insiste en que como secretario xeral no hace valoraciones sobre el contenido de la decisión disciplinaria y hace hincapié en la necesidad de centrarse en el objetivo de trabajar por la ciudad para lograr «una transformación en positivo».
«Que haya oportunamente un expediente disciplinario no significa que no exista paz. Existe un régimen disciplinario que todos tenemos que observar», subraya el jefe de filas del PSdeG, que recuerda que el reglamento es una «salvaguarda» de los propios partidos.
«Tampoco nos rompamos las vestiduras pensando que eso es el fin del mundo. Sino que es un punto más dentro del transcurrir de la vida orgánica de un partido y, a partir de ahora, donde tenemos que estar es precisamente en la construcción de esa política en Compostela», añade.
Dicho esto y preguntado sobre sí ahora será más fácil la interlocución con el partido tras el cambio en la portavocía local, considera que el diálogo debe de ser la «línea de trabajo entre el grupo municipal y la propia agrupación».
«Pasa en todos los partidos y en todas las agrupaciones y en las más de 300 agrupaciones que tiene el Partido Socialista en Galicia», ha dicho para señalar que se trata de una «conexión que se produce de por sí» y, por lo tanto, la línea en la que hay que trabajar».
La alcaldesa, sin «temor» por los presupuestos
La alcaldesa de Santiago, Goretti Sanmartín, ha incidido en que «no tiene ningún temor» al respecto de que se cumpla el acuerdo presupuestario que firmó con el PSOE local tras el cambio, en la jornada del viernes, del nuevo portavoz del Grupo Municipal del Partido Socialista en Santiago después de que el partido decidiese suspender de militancia durante un periodo de 18 meses a Gonzalo Muíños por «indisciplina reiterada».
«Nosotros llegamos a un acuerdo al respecto de los presupuestos con un partido serio y, por lo tanto, yo desde luego no tengo ningún temor a respecto de que se cumplirá ese acuerdo que está firmado», ha señalado este sábado a preguntas de los medios antes de participar en un acto en el Museo do Pobo Galego.
Sanmartín ha detallado que cuando tengan los informes internos, la propuesta será llevada al pleno. Todo ello tras llegar a un acuerdo de «semanas de negociación» en la que participó el Grupo Municipal Socialista.