La rúa do Franco cierra por vacaciones

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

La caída de la demanda en el invierno propicia que muchos hosteleros opten por concentrar el descanso y las obras de mantenimiento en enero y febrero

23 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

La tradicional zona de vinos de Santiago mantiene su epicentro en las rúas do Franco y A Raíña, donde se localizan más de 50 establecimientos hosteleros, entre bares y restaurantes. La mitad permanecen cerrados todo este mes por vacaciones, y los que siguen abiertos están con la cuenta atrás para bajar la persiana a partir de febrero. Entre estos últimos, algunos ya cierran uno o dos días a la semana por descanso del personal. Así, en jornadas concretas de la semana el número de locales abiertos en estas calles apenas supera la decena.

En esto también se advierte un cambio en las condiciones laborales de la hostelería cada vez más evidente. Si hace unos años, desde diciembre hasta marzo o abril —en función de las fechas de Semana Santa— eran meses inhábiles en el Franco y A Raíña, ahora son menos los que cierran en diciembre y aumentan los que concentran sus vacaciones entre enero y febrero. Del mismo modo, si antes los cierres de la hostelería en invierno eran prácticamente nulos fuera de la popular zona de vinos, ahora también pueden verse carteles de cierre por vacaciones en otras calles.

Descanso semanal

La pandemia también ha tenido influencia en este cambio de hábitos. Un hostelero apuntaba que antes no se cerraba ningún día, y trabajadores y autónomos descansaban en jornadas alternas y por turnos. Ahora lo habitual es que todo el personal descanse los mismos días, e incluso, no se abre en domingo o se cierra dos días seguidos: habitualmente, martes y miércoles o bien domingo y lunes. «Todo por fidelizar al personal», explica un hostelero de la rúa do Franco.

Salvo algún local comercial que lleva cerrado desde hace décadas, en la mayoría de las plantas bajas del resto de los inmuebles de esas calles funcionan negocios de hostelería a pleno rendimiento entre marzo y diciembre. Los que no son bares o restaurantes son comercios vinculados al turismo, que también echan el cierre en la temporada baja.

Es un nicho comercial y hostelero que se nutre fundamentalmente del turismo, que llena mesas y barras durante una temporada alta que se prolonga hasta octubre, mientras muchos locales van perdiendo clientela de ciudad en favor de la turística. Por este motivo, durante estos meses más flojos del año, los hosteleros, y también algunos comerciantes optan por el cierre por vacaciones, al perder un elevado porcentaje de su clientela.

También hay establecimientos hosteleros en el casco histórico que cierran más de un mes en invierno. Se trata, fundamentalmente, de aquellos negocios en los que las plantillas están conformadas mayoritariamente por la misma familia propietaria. Al margen de los que tienen en el turismo su principal fuente de ingresos, hay otros que han conseguido retener a clientes de la propia ciudad, lo que les permiten mantener las puertas abiertas durante los meses en los que casi desaparecen los turistas.

«Agora marchou a metade, e en febreiro marcharemos os outros»

Uno de los locales de la rúa da Raíña que está abierto durante este mes, pero que se irá de vacaciones en febrero, es el María Castaña. Xan Galbán, uno de los socios, reconoce que se ha producido un cambio en la forma de gestionar los tiempos de descanso: «Agora marchou a metade dos locais de vacacións e, cando volvan eles, marchamos nós». Se trata de repartir los tiempos, de forma que la zona mantenga su actividad. Galbán constata que en enero y febrero baja considerablemente la afluencia de clientes: «Vivimos case do que fixemos en agosto». Diego, del Vilar 64, indica que «nosotros cerramos el descanso semanal y, como trabajamos mucho con la gente de Santiago, no notamos tanto la caída de enero», aunque reconoce que la calle está más vacía.