José Antonio Seijas: «Un comerciante que inicia hoy en día un negocio nuevo es un héroe»

Margarita Mosteiro Miguel
marga mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

PACO RODRÍGUEZ

«El covid nos metió en internet, pero la gente está volviendo a la tienda»

26 ene 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

José Antonio Seijas es el presidente de la Asociación Comercio Punto Compostela, entidad nacida en el 2019 que tiene más de doscientos socios repartidos por todas las zonas comerciales de Santiago. A lo largo de estos seis años se ha tenido que enfrentar a las duras consecuencias económicas que la pandemia causó en el comercio.

—La hostelería habla de un buen año, ¿fue el 2024 el de la recuperación del sector comercial?

—En el comercio no fue tan maravilloso como pudo ser en la hostelería. La gente, tras la pandemia, tenía ganas de salir, y aunque también quería hacer compras, la mayoría se lo llevó la hostelería. Hay locales que no pudieron recuperarse. Las deudas les llevaron al cierre. Hay comerciantes que aún están pagando los ICO y otros cerraron al no poder hacer frente a ellos.

—¿Cinco años después siguen ahí los ICO del covid?

—Fue una película que se creyó mucha gente. Los ICO son préstamos, hay que devolverlos. El Estado avalaba el 80 %, y el préstamo entró cuando estábamos cerrados y no podías pagar el 20 %. La realidad es que el cierre del covid nos pilló con los almacenes llenos con la nueva temporada. No se pudo vender, pero hubo que abonarlo. Muchos pidieron el crédito avalado con patrimonio personal y lo tuvieron que pagar con la siguiente temporada. La gran beneficiada fue la banca, que siempre gana.

—Muchos tuvieron que cerrar.

—En muchos casos fue así. A una tienda pequeña le metes una cuota de 6.000 o 7.000 euros para pagar en dos años y la hundes. En la carencia de los dos primeros años se pagaron intereses. Hubo quien pudo reconducir los créditos, pero otros no tenían margen.

—¿Será entonces el 2025 el año de la recuperación?

—Yo creo que, a partir de ahora, deberíamos empezar a recuperar. La pandemia nos dejó una lección. Nos obligó a buscar salidas, y una fue meternos de lleno en las ventas digitales, pero creo que la gente también está empezando a volver a las tiendas. Miran en la web, pero van al comercio para probar y ver. Al final, el trato personalizado del comercio es nuestro fuerte. Internet es como el escaparate, pero hay que entrar en la tienda.

—¿Comparte la idea de que el comercio terminará concentrándose en unas pocas calles?

—No me lo creo. La gente amplia sus zonas de paseo. Cuando yo era pequeño, el comercio estaba alrededor de la Praza de Abastos. Santiago creció y el comercio fue apareciendo donde había gente. Los bajos empiezan a ocuparse otra vez, y muchos no son para tiendas. Están bajando los despachos de las entreplantas y primeros pisos a pie de calle. En lugar de comercio hay dentistas, peluquerías, abogados y compañías de seguros. Cierto que hay muchos cerrados, porque la pandemia también hizo que los comerciantes quisieran jubilarse.

—¿No se jubilaban antes?

—Cambió la mentalidad del autónomo. Ahora ya pensamos en la jubilación.

—¿Por qué hay poco relevo generacional?

—Los hijos de comerciantes vivieron el sacrificio de sus padres, vieron que el domingo es como el lunes. Prefieren dedicarse a lo que les gusta. Una vez llevé a mi hijo a una visita comercial fuera, y me dijo seriamente que no pensaba dedicarse a la zapatería. Se acabó la conversación. Fin del debate. Es cardiólogo.

—¿Hay suficientes comerciantes nuevos?

—Un comerciante que abre hoy en día es un héroe, porque tiene que arriesgar su capital. Tiene que recurrir a préstamos y avalarlos personalmente. Si sale bien, tienen un camino para recorrer en el que no te vas a hacer millonario, pero si te sale mal, te quedas en la calle.

—¿Ayuda la bajada experimentada en los alquileres?

—Alguno se dio cuenta de que es mejor cobrar 2.000 que 4.000 con el local cerrado durante años. Además, también se puso fin a los traspasos. Recuerdo uno de 40 millones de pesetas (240.000 euros), que casi daban para comprar un piso.

«En calles comerciales es una barbaridad hacer vivienda»

El cierre masivo de locales en determinados barrios ha dado paso a un debate sobre las prioridades ciudadanas.

—¿Qué opinión le merece la posibilidad de convertir bajos comerciales en viviendas?

—Personalmente creo que sería una barbaridad en las calles comerciales. No se entendería en la rúa Xeneral Pardiñas o en algún tramo de República do Salvador. No se entendería que, en una calle muy comercial, hubiera una vivienda en el medio. En cambio, en Conxo, donde hay tantos bajos vacíos desde hace tanto tiempo, no lo veo mal. En Sar hay un bajo en el que hubo un bar, que se convierte en vivienda. Tampoco lo veo mal. Pero en las calles comerciales del Ensanche sería un disparate.

—¿Seguirán los planes de promoción de la asociación? El Concello plantea dos temporadas del Bono Corazón.

—Parece buena idea. El comercio tiene dos campañas: primavera-verano y otoño-invierno. No es mala idea que se repartan los bonos en las dos temporadas. Inicialmente se pensó para el cierre del año, pero no es mala idea hacer dos. Nosotros seguiremos con nuestras campañas comerciales dentro de nuestra posibilidades económicas.

—¿Los bonos cumplen el objetivo de que los jóvenes vayan al comercio tradicional?

—Al principio los bonos eran complicados de manejar para los mayores. Los jóvenes se movían mejor. La gente joven vino al comercio y también los mayores. Aunque creo que hay que darles una vuelta. Estamos acostumbrando al cliente a comprar siempre con rebajas. Bonos Corazón, Activa, Black Friday...

—¿Está suficientemente promocionado el aparcamiento gratis del comercio del Ensanche?

—No, hay que dar a conocer esos vales incluso fuera de Santiago. Se ofrecen hasta 3 horas gratis en los aparcamientos del Ensanche. Mucha gente de Santiago no lo sabe, y de fuera, menos. ¿Por qué los centros comerciales se llenan? Es el párking, la gente viene en coche a Santiago. Le propuse a la alcaldesa que pusieran carteles grandes en las entradas de los aparcamientos, para que se vea la promoción, pero por ahora nada.