Semana de expectación en el PSOE de Santiago ante el futuro de los cuatro ediles expedientados

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Marta Álvarez (expedientada del PSOE) y Marta Abal (alineada con la ejecutiva local), ambas en el centro de la imagen, compartieron bancada en la tribuna de Sar este domingo para ver al Obradoiro, al margen del conflicto interno en el grupo municipal. xoán a. soler
Marta Álvarez (expedientada del PSOE) y Marta Abal (alineada con la ejecutiva local), ambas en el centro de la imagen, compartieron bancada en la tribuna de Sar este domingo para ver al Obradoiro, al margen del conflicto interno en el grupo municipal. xoán a. soler XOAN A. SOLER

El partido debe decidir si hace definitivas las expulsiones provisionales

04 feb 2025 . Actualizado a las 13:00 h.

Expectación. Si algo une ahora mismo a la agrupación socialista de Santiago y a los cuatro concejales que están expulsados provisionalmente desde hace poco más de un semana es la expectante espera por la decisión última del partido sobre esa sanción eventual. Aunque los expedientados disponen todavía de plazo hasta este viernes para recurrir ante la comisión federal de ética y garantías del PSOE, es más que probable que esta misma semana se decida ya si esas expulsiones se convierten en definitivas.

Con las alegaciones de los cuatro expedientados (Gonzalo Muíños, Mercedes Rosón, Mila Castro y Marta Álvarez) ya en poder del partido desde el miércoles pasado, es más que probable que esta semana se conozca ya la resolución que ha de definir el futuro del grupo municipal para lo que queda de mandato.

La posibilidad que tienen los sancionados de recurrir abre una vía que no resta efectividad a las decisiones sancionadoras, según vienen manteniendo fuentes del partido. Precisamente, la convocatoria que dio pie a la expulsión de Rosón, Castro y Álvarez —la reunión para que Sindo Guinarte asumiese la portavocía del grupo municipal, a la que no asistió ninguna de las tres, frustrando el cambio de líder decidido por la ejecutiva local— fue prácticamente inmediata a la suspensión de militancia y para cargo público con que se sancionó inicialmente a Gonzalo Muíños, pese a que este disponía de esos mismos diez días para alegar ante el citado comité federal.

Congreso gallego a la vista

A todas luces, la imposibilidad de proceder al relevo en la portavocía del grupo está prolongando la crisis interna del PSOE más de lo que el aparato del partido podía suponer y esta se acerca incómodamente al congreso nacional del PSdeG (el 8 y 9 de marzo próximos). Eso invita a pensar en una resolución más pronto que tarde, ya sea para tener en consideración o para desestimar las alegaciones formuladas por las tres concejalas alineadas con Muíños por negarse a asistir a aquella reunión y a darle su respaldo a Guinarte. Entendían, y así lo mantienen todavía, que aquella convocatoria era nula de pleno derecho. En cuanto a Muíños, su expulsión provisional se fundamenta en su negativa a admitir la suspensión inicial de militancia (y para ocupar cargo público) y no propiciar, por tanto, la asunción de la portavocía por parte de Guinarte.

La posición mayoritaria de los cuatro expedientados en el grupo (son seis concejales) mantiene oficialmente a Muíños al frente del grupo municipal. Oficialmente es el portavoz, con todo lo que conlleva: desde la organización del grupo hasta su representación oficial. De hecho, como portavoz sigue asistiendo a los actos organizados por el Ayuntamiento o a los de índole social donde entiende que debe estar la formación, como en los de ayer en Sar por la festividad de san Blas.

Mientras esperan noticias, los conocidos como díscolos continúan con la actividad municipal habitual. En el pleno de la corporación de la semana pasada defendieron la totalidad de las iniciativas que llevó la formación y no dejan de exigir a Goretti Sanmartín que atienda al mantenimiento de la ciudad o sus necesidades en otros ámbitos, como hizo ayer el propio Muíños con la reclamación de una convocatoria de la Xunta Local de Seguridade para abordar el incremento de situaciones conflictivas en A Choupana.