Hamburguesas entre grafitis, andamios y monjas rebeldes: así es la experiencia Malasogra, en Ames

SANTIAGO

El negreirés Alberto Pais está al frente de este proyecto hostelero de Bertamiráns
19 feb 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Neones, grafitis, andamios, esculturas y cuadros irreverentes, sillas recicladas de distintos orígenes con una singular historia detrás de cada una y hasta una icónica motocicleta. La decoración de estilo urbano, y con un punto gamberro, de Malasogra ha convertido a esta nueva hamburguesería de Bertamiráns (Ames) en uno de los locales más instagrameables del momento, con infinidad de rincones que bien merecen ser fondo de una foto de feed en IG o de una historia destacada. El arte mural se cuela hasta el exterior del establecimiento, en donde ya da la bienvenida un primate vestido de chef con muy malos humos.
«El diseño del local está lleno de detalles que a la gente le gusta fotografiar. Uno de los que más éxito tiene es el photocall de la entrada, un neón rojo en forma de alas y cola de demonio. En la sala tenemos otro gorila muy chulo, una rata y figuras femeninas transgresoras... en el reservado hay varios cuadros de monjas rebeldes: con tatuajes, fumando un cigarrillo o con una máscara de gas. Hay otra zona que es como un callejón y a la gente le flipa comer en las mesas de los andamios», constata Alberto Pais, el negreirés de 44 años que está al frente de este negocio, abierto hace menos de tres meses en la rúa Entrerríos.
Curtido en la época dorada de la hostelería nocturna santiaguesa, luego vivió durante 17 años en Valencia, en donde compaginó la restauración con el mundo de las competiciones de motor. «Allí hay mucha cultura burger y nos llevan muchos años de ventaja. Por eso, al venir, decidimos abrir un local de estilo rompedor y diferente, que no fuese un establecimiento más, y hacer buenas hamburguesas», indica el responsable de Malasogra, que eligió Bertamiráns por su población joven, si bien la idea es extender el negocio a una ciudad (todavía por determinar, aunque baraja un par de locales en Santiago actualmente) y poner a rodar su propia foodtruck. «Nos gusta el concepto itinerante. Yo he viajado un montón por Europa y me encanta el mercado de Camden (Londes) esos sitios en los que encuentras la comida de todo el mundo», añade.
Con una carta de cerca de una veintena de hamburguesas, que van desde los 12 a los 19 euros, «hemos diseñado una carta adaptada para todos los gustos, en la que incluimos opciones veganas y casi el 90 % de las propuestas son aptas para celíacos. Para nosotros la materia prima de calidad es lo principal y ahí no escatimamos en gastos. Tenemos tres tipos de carnes: dos de maduración larga (de vaca y buey certificado) y una de wagyu nacional. Son carnes súper tiernas y tienen una potencia de sabor brutal. No llevan ningún tipo de aditivo, conservantes, ni especies que adulteren el sabor. Cada día boleamos la carne picada para hacer las hamburguesas y todo se hace de forma casera, incluidas las salsas, hasta la mahonesa o las mermeladas», subraya Alberto. «Somos muy obsesivos con el control. Tenemos un equipo muy capacitado, con un cocinero de Bertamiráns que tiene más de 17 años de experiencia», añade. Además de hamburguesas, hay un par de entrantes (como nachos, tequeños o sus patatas pulled pork) y dos o tres postres, pero no sirven ni cafés ni alcohol. «Esta es una hamburguesería pura y solo hay hamburguesas, cervezas y refrescos», matiza el dueño
Entre las propuestas más arriesgadas, hay hasta una burger de galleta Lotus y cada mes lanzan una edición limitada. Aunque visitar el local es toda una experiencia (eso sí, no hay servicio de mesa para recortar gastos en sala y no encarecer más el producto), ahora también se puede disfrutar de la experiencia Malasogra en casa a través de servicio de delivery de Just Eat en Bertamiráns y sus alrededores, y no descartan ampliar en breve su radio de reparto a domicilio.
El reciclaje y sostenibilidad forma parte de la filosofía de Malasogra, donde han integrado en la decoración desde andamios de obra hasta sillas de un colegio de Vigo o de una academia. «Llevamos el aprovechamiento al máximo porque nos gusta el tema del reciclaje e incluso utilizamos parte del mobiliario y elementos del anterior local que había aquí, el Galipizza, al igual que hay cosas del antiguo Pizza Hut de Santiago», explica Alberto.
Su pareja dirige Lume, un asador que abierto en Negreira hace casi tres años, cuando regresaron a Galicia tras la pandemia. Él está ahora centrado al cien por cien en la hostelería y en el proyecto de Malasogra, cuyo nombre no es una alusión personal sino que va en la línea con la esencia rompedora e irreverente del negocio. «Es el típico tópico de las suegras malas, un nombre sonoro que es fácil de recordar. Lo hemos convertido en una marca registrada de alimentación y textil, creando ediciones limitadas de ropa: sudaderas, gorras...», destaca el xalleiro.
La acogida, dice, «ha sido brutal desde que hemos abierto y llevamos 15 días completos en todos los turnos. Empezamos en un formato sin reservas, pero hemos tenido que ponerlas en marcha porque la gente nos acribillaba por Instagram. De hecho, entre jueves y domingo es casi indispensable venir con reserva para conseguir mesa. Los sábados estamos completos hasta por las mañanas, por increíble que parezca, y tanto viernes como sábados hacemos dos turnos de cenas para poder ofrecer el mejor servicio y atender la demanda. Para mí el éxito del local se debe al equipo. Estoy súper contento. Somos cinco en este momento y se nota que hacemos lo que nos gusta porque ponemos ponemos mucha pasión en todo lo que hacemos».
Además, Malasogra ha empezado a hacer eventos fuera del propio local y participó en el pre Fin de Año celebrado en la Sala Universo de Santa Comba en el que actuó Kiko Rivera. «También nos están llamando para encargarnos de las recenas de bodas y no cerramos las puertas a formar parte de otro tipo de celebraciones en las que encajen nuestras hamburguesas», concluye Alberto.