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La familia de Lourdes Mosquera, con esclerosis múltiple, valora el cambio de los paneles antirruido que ADIF instala ante su casa, pero teme el vandalismo
01 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.«Contenta, porque las pantallas traslúcidas son menos malas que las verdes opacas». Así responde Milagros Mosquera, madre de Lourdes, que sufre esclerosis múltiple y reside en la rúa San Roque —en la zona de A Amanecida, junto a la vía del tren—, ante el compromiso del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) de no instalar paneles de aluminio verde junto al paso del ferrocarril, en Laraño, para sustituirlas por otros transparentes. Sin embargo, matiza que la satisfacción por el acuerdo alcanzado tras la presión vecinal y la insistencia de la Asociación de Veciños A Xunlla de Laraño no es «ni mucho menos plena. Al ser traslúcida deja claridad, pero es una barrera», comenta resignada. «Lo mejor sería no poner nada», apostilla su hija.
Porque, aunque está contenta por el cambio, Milagros Mosquera, expresa su temor a que, en poco tiempo, los paneles estén sucios y llenos de pintadas. Considera que, como ocurre en otros lugares donde ya están colocadas, «ese peligro existe, y cuando hagan pintadas dejarán de ser traslúcidas. Solo hay que ver que están llenas de pintadas. Entonces, ya no dejarán pasar claridad ni luz». Apunta Milagros que, además de luz, los grafitis también aportarán «la suciedad que se acumula por la humedad».
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Otra de las cuestiones que supone un cierto alivio para la familia de Milagros, su hija Lourdes y su marido Luis Forján es que los tres metros anunciados del panel antirruido que levantan delante de las casas incluyen la altura del muro que ya colocaron, y que tiene algo más de un metro. Pensábamos que eran tres metros de pantalla más el muro».
Pese a todo, Mosquera sigue sin entender las razones por las que, en puntos concretos de la vía donde también hay casas, no se coloca nada. «No quiero que les pongan pantallas a ellos, quiero que no las pongan aquí», insiste. Explica que, delante de su vivienda, donde el tren pasa varios metros por debajo del nivel de la carretera para entrar en el túnel, «se coloca, y también delante del túnel. Pero luego se quita delante de una casa baja, y vuelven a colocar más pantallas en otra».
La mujer insiste en que quiere favorecer a su hija, «porque salir a dar un paseo es darle vida».
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La asociación estará pendiente de la limpieza de posibles grafitis
El temor de los vecinos que residen junto a las vías en Laraño es que las nuevas pantallas transparentes para amortiguar el ruido del tren terminen llenas de pintadas, con lo que perderán su condición de traslúcidas. En este sentido, Milagros Mosquera confía en que se cierre un compromiso «por escrito» con el ADIF de que mantendrá «limpios» los paneles. El presidente de la asociación vecinal, Julio Fernández, indica al respecto que el abogado contratado por la entidad les hizo saber este riesgo. Fernández asegura que estarán encima de este asunto para presentar denuncias en el caso de que se realicen grafitis. «Si es necesario, todos los días hasta que estén las pantallas limpias», recalca.
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Por otro lado, Julio Fernández aclara que el ADIF no instalará finalmente los 502 metros de pantallas que se iba a colocar junto a las vías en la parroquia de Laraño, sino que serán menos. La razón es que, de acuerdo con las mediciones realizadas por la empresa, el ruido del tren arroja unos decibelios menores a los que obligaría a la instalación de pantallas antirruido. Insiste en que están obligados por ley a ponerlas. Fernández sostiene que, aunque el resultado no es óptimo, la sustitución de las pantallas opacas de aluminio por las traslúcidas reduce el impacto visual.