«La autoestima y la libertad que sientes al dejar de fumar es indescriptible»
SANTIAGO
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La psicóloga Miriam Otero desarrolla programas contra el tabaquismo
02 mar 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Miriam Otero Requeijo celebró ayer un particular cumpleaños, el de sus 23 años trabajando para combatir adicciones, especialmente el tabaquismo. Y la primera forma de hacerlo es desterrando palabras como «hábito, abuso o vicio», porque, afirma con absoluta rotundidad, si el tabaco no existiese, «enfermedades como el cáncer de pulmón o el de vejiga serían rarísimos». Con este golpe de realidad, y con la certeza de que lo primero que hay que hacer para dejar de fumar es «querer», señala que superar esta adicción sin ningún tipo de ayuda «es como parir sin epidural o quitarte una muela sin anestesia», aunque «hay un 10 % de fumadores que pueden dejarlo sin problema, pero no lo saben».
Esta psicóloga trabaja en la clínica Coidadosamente y como docente en la Universidad Internacional de Valencia (VIU). Antes de ello, y durante 18 años, perteneció al Servizo de Prevención de Condutas Adictivas de la Consellería de Sanidade en la Xunta de Galicia, tras haberse titulado como doctora en Biomedicina en la Universidad de Cantabria. En la clínica compostelana, que también se encarga del Plan municipal de benestar emocional e saúde mental de Ames, imparte talleres de prevención del tabaquismo en centros escolares de primaria y secundaria, además de ofrecer distintos tipos de terapias. «Las adicciones enganchan en ambos sentidos», reconoce Miriam Otero para explicar por qué lleva 23 años centrada en una especialidad en la que «a la gente le cambias la vida». El perfil de personas a las que atiende para que superen su adicción al tabaco es muy variado: «La mayoría quiere dejarlo por problemas de salud, porque ya tienen cierta edad y comienzan a cuidarse, o simplemente porque les acaban de detectar algún tumor o sufrieron un infarto». Esta especialista incide en la nueva vida que arranca al dejar de fumar, porque «cuando lo consigues, la autoestima crece una barbaridad y la sensación de libertad que sientes, al no tener esta dependencia, es indescriptible».
La dificultad para superar la adicción se produce porque «la nicotina es una de las sustancias más adictivas que hay en la naturaleza, y también es de las más tóxicas. Cuando una persona empieza a fumar activa los receptores nicotínicos, y al inhalar, los efectos se notan enseguida. Y si solo fuese adictiva, la industria del tabaco estaría encantada, pero para que su negocio no se vaya a pique necesita captar a cuatrocientas personas cada día y, como es una depredadora nata, van a por nuestros jóvenes, que todavía no tienen el cerebro completamente formado. Tenemos que pensar que de cuatro personas que fuman dos se van a morir por causas directamente relacionadas con el consumo de tabaco y las otras dos van a tener la salud muy tocada», alerta esta especialista. «Y además, fumar es compatible con todo, salvo bucear. Yo he tenido pacientes que me explicaban cómo fumaban en la ducha y también vi a gente fumar en moto», añade.
Miriam Otero destierra la idea de que quien fuma mucho tiene más dificultades para dejar el tabaco, ya que lo que confirma la dependencia de la nicotina es «que intentes dejarlo y recaigas, no el número de cigarrillos. Si veo a una mujer con hijos que fuma cinco pitillos a horas muy concretas, vinculadas a sus momentos de desconexión, me echo a temblar, porque tiene una dependencia espectacular».
Un truco transparente
Las terapias en grupo forman parte de su trabajo, una fórmula que le permite ganar tiempo a la hora de explicar todo el proceso, y también ayuda «muchísimo» a sus miembros «porque se refuerzan y se dan ideas sobre cómo superar los momentos más difíciles»,
Uno de los consejos que aporta es «guardar todo el dinero que gastarías en tabaco en una botella transparente para verlo y al mes darte un capricho pensando en que si fumases sería peor que quemar ese dinero con un mechero». También explica que «la recaída es por una asociación de estímulos, ya que la abstinencia de la nicotina dura entre 4 y 9 semanas. Por eso siempre digo que si dejas de fumar en año nuevo, la primera vez que vayas a la playa ten mucho cuidado».
Exitosa y pionera experiencia en Ames, que debería extenderse
Miriam Otero valora muy positivamente el plan de salud mental de Ames, que incluyó un programa de cesación tabáquica, una actividad que cree «sería fantástico que la copiasen en cuantos más concellos mejor». Al grupo le dijo que la terapia «es como subir una montaña, tienes que estar preparado. Y cada persona necesita o le gusta llevar cosas distintas para subirla».
«Fue un grupo muy heterogéneo que funcionó muy bien. Hicimos doce entrevistas y participaron seis personas. Al terminar, cinco habían dejado de fumar y la sexta tuvo una recaída, pero los resultados definitivos, como con cualquier tipo de adicción, se dan al año de iniciarla, cuando la persona ha pasado todos los momentos de riesgo: Navidades, verano, cumpleaños...», resume.