Los trabajadores de los centros sociales temen la retirada de la empresa de cursos y animación

Margarita Mosteiro Miguel
Marga Mosteiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

SANDRA ALONSO

La representación sindical tiene constancia de esta amenaza si la licitación de este lote no sale esta misma semana

11 mar 2025 . Actualizado a las 14:42 h.

Los centros socioculturales de Santiago viven una semana de decisiva para el futuro tanto de los trabajadores de las actividades de ocio que se desarrollan en la red de centros como para los participantes en la programación organizada por la empresa Serviplus, que es la que recibió la concesión de esta parte del servicio.

La firma, según apuntan fuentes sindicales, advirtió al Concello de Santiago que presentará su renuncia a la concesión si la nueva licitación del servicio no sale esta misma semana. La portavoz sindical, Carmen Iglesias, explica que la empresa aceptó la primera prórroga con el compromiso de que la licitación saliera en enero, «pero febreiro acabou e aínda nada». Desde el Concello se indicó que «o goberno segue traballando para que esa rescisión non se efectivice, e mantén abierto o diálogo coa empresa». Apunta, además, que trabaja para «iniciar canto antes a nova licitación do servizo».

Los representantes sindicales sostienen que el malestar empresarial tiene su origen en los retrasos de pago de algo más de seis meses que acumuló el Concello. Señala la parte sindical que, aunque ahora está «máis normalizado, aínda non paga a tempo, polo que os traballadores cobran tarde». Cabe recordar, apostillan, que «o 50 % dos traballadores ten media xornada e o 40 %, menos de 15 horas á semana».

70 puestos de trabajo en peligro

La renuncia de la empresa encargada de las actividades supondrá el cierre de buena parte de los centros sociales del rural y algunos de la ciudad, porque «son os monitores os que abren e pechan os locais, que non teñen conserxe». Además, la rescisión del contrato implica el fin de las propuestas de ocio de la empresa y el despido de 70 trabajadores.

La parte sindical subraya que la situación actual es consecuencia de «algo que dixemos cando saíron os pregos da licitación no 2021». En su día avisaron de que «as contas non daban. As horas de actividades non son reais, os salarios estaban mal calculados».

Los representantes sindicales indican que, precisamente como consecuencia de aquellos «defectos», la empresa tuvo que asumir, por sentencia judicial, un incremento salarial del 25 %, porque «no prego de condicións empregouse un convenio incorrecto, e a sentencia o deixou claro».

Ahora, el ultimátum de la empresa también dejará a los trabajadores en una «situación moi complicada, que terá que resolverse cun ERTE». Aseguran que, en las negociaciones que están abiertas, «falouse de dúas opcións, pero ningunha das dúas son boas nin válidas». Reconoce que la solución para los trabajadores «non é fácil, pero tampouco o é para a empresa, que corre o risco de ser sancionada e non poder traballar para administración», si mantiene su decisión de romper el contrato.

Cuatro lotes, todos en la primera prórroga

La red de centros socioculturales de Santiago cuenta con 42 locales repartidos por toda la ciudad y por las parroquias rurales. En muchos de ellos, especialmente en los del ámbito rural, los monitores de las actividades se encargan de abrir y cerrar las instalaciones, y en el resto hay conserjes que se ocupan de esta tarea, lo que permite abrir las dependencias incluso cuando no hay programada ninguna actividad.

El Concello adjudica, por operatividad, la gestión de esta red en cuatro lotes. Dos corresponden a las actividades de ocio, animación y nuevas tecnologías, que lleva la empresa Serviplus. Un tercer lote, el de las Bibliotecas, está en manos de Atlántico Ponte; y el cuarto, que se ocupa de las conserjerías, recayó en una empresa del grupo Nortempo. Todas fueron adjudicadas en el 2022, con un pliego elaborado el año anterior. Son adjudicaciones por dos años, con dos prórrogas de un año más cada una. La primera prórroga terminará en junio de este 2025.

La firma Serviplus ya informó a la empresa antes del pasado verano de que no asumiría la primera prórroga del contrato, aunque finalmente sí aceptó seguir. Aquel aviso llegó tras un retraso de más de seis meses sin cobrar del Concello, lo que llevó a la empresa a una situación económica crítica, que se subsanó temporalmente al recibir ese pago.