El Morón solo aguanta 26 minutos ante un Obradoiro que arrolló en el último cuarto (70-99)

SANTIAGO

Tres triples de Barcello, Jiménez y Galán sentencian el partido en la tercera entrega y acaban con la resistencia del conjunto andaluz
06 abr 2025 . Actualizado a las 17:45 h.El Obradoiro mantuvo en Morón de la Frontera su buena racha de juego y resultados. Pese a su irregular arranque, venció al colista por 70-99. El farolillo rojo de la Primera FEB solo pudo aguantar 26 minutos y medio. Ya en la mitad del tercer cuarto arrojó la toalla cuando el Obra pisó el acelerador y aumentó su intensidad. Los de Félix Alonso arrollaron por completo a un adversario al que se le acabó la gasolina mucho tiempo antes de concluir el encuentro. Seis jugadores del colectivo gallego acabaron con dos dígitos de anotación, en un partido en el que el Obra mostró un gran acierto desde el perímetro, con 16 de 27 triples.
El duelo empezó con buenas sensaciones para los intereses del conjunto compostelano. Una canasta de Galán y un triple de Jiménez golpearon de inicio al quinteto sevillano, que se repuso bien con las primeras amenazas de M'madi y un triple de Norris. Davison acertó desde el perímetro y se volvieron a colocar los gallegos por delante en el electrónico.
El Morón nunca se entregó. Se sintió algo amenazado, pero respondió con mucho orgullo y acciones de calidad. No bajó la guardia ni siquiera con el triple de Brodziansky que elevó la renta obradoirista a seis puntos (17-23). Los de Félix Alonso se mostraron con bastante acierto desde el triple (3 de 4), aunque fue insuficiente para marcar distancias con el rival. García y Tamba dejaron el marcador al término del primer cuarto en un apretado 21-23.
Al segundo acto se presentó el Obra con una marcha más. Los gallegos volaron sobre la pista y en un abrir y cerrar de ojos alcanzaron su máxima renta de ocho puntos (25-33). Golpearon Muñoz, con un triple, y Millán Jiménez, con dos canastas consecutivas y otro triple.
Sin embargo, cuando mejor cara parecía tener el Obra, llegó la pájara del quinteto gallego. Con dos triples consecutivos de Norris y del otro Jiménez, el del Morón, se establecieron las tablas en el luminoso (33-33). El caos en la escuadra santiaguesa se prolongó hasta un parcial de 14-0 (39-33), en casi cuatro minutos y medio, con M'madi como principal protagonista. Entonces, apareció Barcello con un triple para sellar la herida obradoirista. Así se llegó al descanso sin mayores conflictos para el equipo de Félix Alonso (41-43).
Reacción obradoirista
En el tercer acto se mantuvo inicialmente la igualdad. El Morón llegó a disfrutar de una renta de cuatro puntos (49-45), pero Davison contrarrestó con un lanzamiento de larga distancia el talento del local M'madi.
Da Silva igualó de nuevo el marcador, justo en el momento en que el Morón se quedó sin fuerzas y sin energía. Al colectivo sevillano se le acabó la pila y entregó el partido en la mitad del tercer cuarto. Solo pudo resistir 26 minutos y medio. Dos triples de Barcello y Millán Jiménez tumbaron al Morón, que encajó un parcial de 0-12 (55-67) que se encargó de culminar Galán con un triple, después de dos tiros libres de Quintela y una antideportiva de los locales.
Un entrenamiento
El último cuarto ya fue más un entrenamiento para los gallegos. El Obradoiro mantuvo el ritmo y la intensidad. Abusó de un adversario totalmente perdido. Varela, Jiménez y Quintela volvieron a machacar desde el triple, incrementando minuto a minuto la diferencia en el marcador.
El Morón fue incapaz de frenar la avalancha ofensiva del Obradoiro, que llegó a anotar 32 puntos en el último cuarto. La defensa andaluza se desmoronó y el ataque del colectivo local apenas existió. El Obra solo sufrió trece puntos de su enemigo.
Para cerrar la cuarta entrega y confirmar la quinta plaza en la tabla clasificatoria, el Obradoiro ejecutó el duelo con dos triples finales de Sergi Quintela y del capitán Álvaro Muñoz. Los gallegos ni siquiera intentaron llegar a los tres dígitos de anotación, pues ya perdonaron el último ataque ante el llanto del rival, totalmente impotente en la segunda parte del enfrentamiento.