El apagón en una casa desconectada de Vedra: «Estaba co ordenador e nin me enterei»
SANTIAGO
Vitín Lema combina energía solar, leña y gasoil desde hace diez años
11 may 2025 . Actualizado a las 13:31 h.Diciembre del 2015. Vitín Lema, trabajador de la USC y vecino de Merín (Vedra), se convierte casi por necesidad en un pionero del desenganche energético total porque no estaba dispuesto ni a pagar trescientos euros al mes por el suministro eléctrico ni a gastarse más de diez mil euros en un nuevo transformador que le exigía entonces Unión Fenosa para su casa, a 23 kilómetros de Santiago.
Noviembre del 2021. El precio de la electricidad está por las nubes por el encarecimiento del gas y la etapa pospandemia, pero Vitín Lema pagaba una media de 25 euros al año por el suministro energético a toda su vivienda, pese a que en ese momento estaba rehabilitando su casa. Su único temor en esa época fue el impacto de un temporal que provocó un apagón y que pensó que podía arrancar alguno de sus paneles solares. No pasó nada.
28 de abril del 2025 a las 12.33 horas. España se va a negro y Vitín sigue a lo suyo por que no tiene ni idea de lo que ha pasado, tal y como él mismo recuerda: «Estaba teletraballando na casa co ordenador e nin me enterei». Sóubeno á unha menos cinco por unha compañeira de traballo que me mandou unha mensaxe polo chat dicíndome que no había luz en toda a península». Aunque su red de fibra funcionó hasta pasadas las cinco de la tarde, sí se percató de que su teléfono móvil había dejado de funcionar, aunque no le presta mucha atención al terminal, que falla de vez en cuando, ya que es antiguo y con los achaques típicos tras haber recibido unos cuantos golpes, «o último foi cando estaba podando e caeu xusto nunha pedra». «Se non é polo aviso desta compañeira, non sabería do apagón ata que a xente da casa non chegase de traballar», reconoce.
Para Vitín Lema el día del apagón fue una jornada totalmente normal, aunque a última hora de la tarde, cuando llegó la puesta de sol y con ella poco a poco se fue imponiendo la oscuridad total, salió de casa. «Evidentemente», tenía curiosidad por ver qué estaba pasando. «Foi nese momento cando tiven unha sensación de pena, de mágoa total polo que estaba pasando».
Tras su recorrido por la oscuridad, la vida en su casa de Merín siguió como cualquier otro día de finales de abril, combinando el uso de leña para cocinar y utilizando la energía acumulada y proporcionada por los paneles fotovoltaicos instalados en la finca de su propiedad.
«Houbo xente que me dixo 'ti estás tolo' e despois acabou poñendo fotovoltaica»
Al poco tiempo de consumar su desconexión total de la red eléctrica general, Vitín Lema comenzó a recibir muchas peticiones de información, que el atendió encantado. Buena parte de ellas le llegaron de vecinos de Vedra y alguno hasta le dijo la típica frase de «ti estás tolo» o «iso non vai funcionar». Con el paso de los años, calcula que entre veinte y treinta vecinos de la zona se sumaron a la energía sostenible, eso sí, sin optar por su drástica opción de una casa con desconexión total, «e entre eles está esa persoa que acabou poñendo fotovoltaica e dicíndome que nunca pensara que puidese funcionar».
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Cuando se desenganchó de la red comenzó a controlar su gasto anual en energía, que comenzó cifrando en una media de 25 euros anuales, pero hace tiempo dejó de echar cuentas y estima que está consumiendo menos de 20 litros de combustible al año, pese a que en momentos concretos necesita mucha energía porque sigue ampliando su casa y hay trabajos como el pulido de madera que tiran del consumo. «Eu fixen moitos cálculos antes de tomar a decisión, e cálculos pesimistas, pesando que si necesitaba dez, tiña que ter capacidade para quince», resume.