Alumnos de un colegio de Marbella acabaron el Camino de Santiago, dedicado a un compañero en tratamiento oncológico

P. C. SANTIAGO / LA VOZ

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CEDIDA

Un profesor del centro ECOS puso en marcha esta iniciativa hace cinco años tras ser diagnosticado él de cáncer como símbolo de superación

29 may 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Por quinto año, los alumnos del colegio ECOS de Marbella hicieron el Camino de Santiago, dedicado esta vez a José Antonio, un compañero suyo que actualmente se encuentra en tratamiento oncológico. Los estudiantes de segundo y cuarto de ESO fueron recibidos en el Obradoiro por el presidente de la junta provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), Manuel Aguilar; la vicepresidenta de la junta local de Compostela, Ana Peinó; y la gerente provincial, Gema García-Abril; así como el presidente de la sede local de la asociación en Marbella, Santiago Gómez Villares, quien se unió al grupo en los últimos kilómetros. Todos ellos trasladaron a los jóvenes un mensaje de agradecimiento y reconocimiento por su gesto solidario.

La iniciativa partió de la historia personal de un profesor del centro, Borja, que tras ser diagnosticado de cáncer impulsó esta marcha como símbolo de superación. «Cuando me diagnosticaron, necesitaba algo que me motivara, algo que me recordara que había vida más allá del tratamiento. Prometí que, si salía adelante, haría el Camino con mis alumnos. Lo cumplí, y hoy no solo estoy sano, sino que comparto con ellos una experiencia que nos transforma cada año», explicó el docente. «Esta edición es especialmente importante. Caminar por un alumno ha sido muy emotivo para todos. Este Camino es suyo», añadió.

Desde la Asociación Española Contra el Cáncer recordaron que mantienen un firme compromiso con la investigación oncológica, especialmente en el ámbito pediátrico. Cada año se diagnostican en España alrededor de 1.100 nuevos casos de cáncer infantil. Por ello, la AECC destina 11,5 millones de euros a 42 proyectos de investigación centrados en este tipo de cáncer. Esta inversión busca mejorar los tratamientos, la calidad de vida de los niños y adolescentes afectados, así como incrementar las tasas de supervivencia y reducir los efectos secundarios.