La joven de 23 años que volvió a hacer un pan artesano que dura fresco varios días y ya abrió su tercer despacho

SANTIAGO

Érica García Blanco montó en noviembre su propio horno en Mesía, a finales de ese mes abrió su tienda principal en Vila de Cruces y en febrero hizo su desembarco en Santiago
05 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Acaba de cumplir 23 años y Érica García Blanco ya tiene su propio horno de pan y tres despachos en diferentes concellos. Esta joven de Besexos (Vila de Cruces), estudió Tanatopraxia, pero estuvo tocando distintos palos laborales y llegó un punto en el que quería volar por su cuenta: «Non todos, pero tiven uns cantos xefes que me trataron mal, e quería ter algo meu no que mandase eu, polo que lle propuxen a un panadeiro que me vendera o seu produto para montar un despacho en Cruces. El faleceu de forma repentina e eu xa tiña invertidos bastantes cartos nese proxecto, polo que tiven que buscar un forno propio onde cocer o pan». Así es cómo acabó ella al frente de un obrador y tienda en Mesía, a pesar de que solo había amasado y horneado antes en casa, por afición.
Arrancó contratando a uno de los panaderos que trabajaban en el negocio y luego incorporó a otro con conocimientos en pastelería. A finales de ese mismo mes, en noviembre del 2024, inauguraba la tienda principal en su tierra natal, y la acogida de García Núñez Panaderías fue tan buena que pudo permitirse coger un tercer despacho a finales de febrero en Santiago. «Arrisqueime e todo saíu ben... penso que no que máis destacamos é no noso pan, que é moreno, porque ademais de fariña do país leva unha parte de centeo, o que axuda a que se conserve fresco durante tres ou catro días. É 100 % artesanal, non leva ningún conservante e non é como ese pan que compras no día e pola noite xa está reseso, incluso hai quen leva de cinco en cinco pans, os conxela e di que cando o desconxela está igual de bo», indica Érica.
Esta joven, habladora y decidida, quería también tener variedad y junto con sus molletes, barras, roscas o bollas tradicionales, ofrece pan de pasas, de semillas, de centeno integral... Lo mismo sucede en el capítulo de los dulces, donde no solo hacen artesanalmente sus propios productos de hojaldre sino que con las recetas de moda en redes sociales, desde cake pops a cookies con chips y rellenos de distintos sabores.
Érica aclara que el segundo apellido de la panadería (Núñez) es el de su pareja, cómplice en esta aventura y encargado del despacho en la capital gallega. La crucense puede presumir de haber generado en apenas seis meses más de media docena de empleos en su entorno, entre puestos directos e indirectos. Su madre es autónoma colaboradora y una amiga suya se encarga de atender a los clientes en Santiago, por ejemplo.
¿Y se da por satisfecha o quiere seguir creciendo? «O meu mozo anímame a crear unha cadea de panaderías, pero eu creo que é mellor ir facendo as cousas con calma. Agora aumentamos moito a produción, introducimos os xeados de Bico de Xeado en Cruces e estamos facendo alí e en Mesía reparto polas zonas rurais. Houbo negocios que cerraron e deixáronnos o seu reparto para seguir atendendo a esa xente que non pode desprazarse. E, todo sexa dito, tivemos bastante axuda nese sentido», añade una veinteañera que ahora trabaja hasta altas horas de la noche cociendo el pan cuando sus empleados disfrutan de sus días de descanso. «Durmo bastante menos que antes, pero non me pesa», concluye.