Una carrera musical nacida a raíz de dos tropiezos monumentales

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

CEDIDA

Miguel Caamaño, también conocido como Yersy Yky, empezó en el rap al repetir curso y juntarse con un grupo que iba a batallas de gallos, conoció a su productor por un error de matrícula y hoy está volcado en su proyecto artístico

15 ago 2025 . Actualizado a las 13:23 h.

Antes del verano Miguel Caamaño Gonzálvez se fue a los Países Bajos. Trabaja en Hema, que «es algo así como el Amazon holandés», explica un joven criado entre Bertamiráns (Ames) y Negreira que cumplirá este mes los 24 años. Su billete de regreso a casa, dice, «es vivir de la música». Tiene un plan minuciosamente pensado para conseguirlo y la determinación. «Solo me faltaba el dinero para hacerlo y un espacio tranquilo en el que centrarme en el proyecto, sin distracciones», añade el veinteañero.

Conocido artísticamente como Yersy Yky, revela que su carrera en la música nació a raíz de dos «cagadas máximas». La primera de ellas fue repetir curso, lo que le llevó con 15 años a juntarse con un grupo de chavales que rapeaban e iban a batallas de gallos. Él empezó a improvisar también y «notaba que se me daba bien, aunque si lo pienso ahora no era tan bueno como me creía», comenta entre risas. El segundo de los tropiezos que lo llevó hasta donde está hoy surgió a raíz de un error de matrícula, relata: «Me olvidé de cubrir la matrícula para empezar el ciclo de Producción Audiovisual en el IES Xelmírez, así que fui a vivir a Inglaterra y, al año siguiente, coincidí en clase con mi productor, Noize Burner, haciendo primer curso como yo. Si no hubiera metido la pata, no lo hubiera conocido».

Pasó Miguel de hacer solo rap a tocar otros palos y explorar nuevos géneros de la música urbana. «Me di cuenta que soy más artista que rapero. Y ahí estoy», constata un músico forjado del infortunio, «aunque solo tengo mala suerte en cosas puntuales», aclara. El 25 de julio dio el primer paso de lo que espera que sea un largo camino, con el lanzamiento de su primer tema como Yersy Yky, No sé quién queda aquí.

«Es el principio de algo muy grande. Llevo dos años en los que no he parado de trabajar muy duro para planificar los tiempos y hacer las cosas bien antes de sacarlas. De aquí a febrero ya tengo todo cerrado, están todos los temas prácticamente acabados y el planning de promoción. Cada 21 días saldrá una nueva canción a través de todas las plataformas (YouTube, Spotify, Appel Music...). La siguiente será el viernes 15, My gf is cheating on you, adelanta un artista emergente dispuesto a abrirse camino a pulso. «Todo es muy homemade: los vídeos los hago y los edito yo, siempre soy parte de la producción junto con Noize Burner y todos los masters y mezclas están hechos por nosotros», destaca. De hecho, el primer videoclip se grabó en Negreira, de noche, y la letra tiene mucho que ver con el momento vital que atraviesa el autor: «Habla de irse a vivir fuera, salir no solo del pueblo sino también alejarse del círculo de gente que siempre te rodeó, dejando atrás cualquier tipo de relación sentimental, y empezar en un sitio nuevo, a conocerse uno mismo y desconocerse... Descubres que eres muchas personas y no solo la versión única que tenías de ti mismo».

¿Y de dónde viene el nombre de Yersy Yky? Revela que Yky es un diminutivo del apodo por el que lo conocen sus amigos: Michael (pronunciado /Maikel/). Y, siguiendo la norma de los superhéroes del universo Marvel, cuyo nombre y apellidos empiezan por la misma letra, él buscó una palabra que le sonase bien y comenzase por Y (de ahí Yersy).

Dice él que los Países Bajos se han convertido en un lugar de inspiración, no solo porque «este país parece dibujado y sacado de un cuento de Disney», sino porque además fue donde se reencontró consigo mismo cuando tuvo su primer bloqueo artístico. «Aquí fue donde descubrí que me tenía que dedicar a esto y me quedé tres meses la primera vez, trabajando en un almacén con flores y dando forma a mi sueño». Ahora ha vuelto, dispuesto a catapultarlo.