
Paco Moreno depositó emocionado en La Casa de la Troya su beca y la de su amigo fallecido Miguel Abascal
24 ago 2025 . Actualizado a las 05:00 h.El Museo Casa de la Troya mantiene este agosto un buen ritmo de visitas a este inmueble de tradición universitaria. Pero esta semana el centro acogió a un antiguo tuno madrileño que traía para su custodia dos becas, la suya y la de un amigo muy especial que falleció antes de la pandemia. Se trata de Francisco Moreno, «Paco Pelos», y de Miguel Abascal, «El Piti». Ambos compartieron vida bohemia, serenatas y afecto permanente. Paco se emocionaba al entregar las dos enseñas a Nino Amor, presidente de la Asociación de Antiguos Tunos Compostelanos, que gestiona el museo romántico: «Dejar aquí mi beca es un orgullo y poder traer la del Piti mucho más. Fue un gran tuno de Madrid, un bandurria disciplinado con el instrumento, con gran poder de convocatoria y gran amigo de sus amigos. Se volcaba con todos». Abascal perteneció a la Tuna de Derecho de la Universidad Complutense y Moreno a la de peritos industriales de la Politécnica madrileña. De hecho, Paco Moreno recuerda que la primera vez que vino a Santiago fue en 1979 con motivo de la celebración del Certamen Internacional de Tunas que abarrotó las calles de la zona vieja. «Tengo un gran recuerdo de todo aquello, porque era venir a Santiago de tuno. Nos alojaron en los barracones del Burgo de las Naciones (hoy desaparecidos), aunque apenas dormí aquellos días. No parábamos de tocar por las calles. Lo de menos era la actuación. Años más tarde volví con El Piti a los Encuentros Troyanos que organizó Benigno Amor, en paz descanse, el padre de Nino. Formábamos parte de la Orquesta de Pulso y Púa Arcipreste de Hita, que todavía sigue vigente hoy», según rememora Paco, a sus 71 años, tras estampar su firma en el libro del museo. «Me parece impresionante la labor generosa que hacen las personas que sostienen este recinto tradicional, y que sean capaces de defenderlo. Y me encanta la novela de Pérez Lugín que recrea el ambiente universitario de hace más de cien años a partir de esta casa que fue pensión estudiantil. Por otra parte, la tuna es algo que no tiene época y es querida. Siempre hay espacios y lugares donde desarrollar muchas actividades», según afirma Moreno. Sigue habiendo tunas en Madrid y con gente joven, añade el que fue guitarra con melena en sus tiempos de estudiante. La Casa de la Troya acoge este verano una exposición temporal sobre el rodaje de la primera película, basada en la novela de Lugín y dirigida por él mismo, con motivo de cumplirse cien años de aquella cinta muda y en blanco y negro. La muestra, que está comisariada por la investigadora Estíbaliz Santamaría, presenta una selección de fotografías del propio rodaje. Y el próximo 27 de agosto, en Vigo, se proyectará el film original con el acompañamiento, en directo, de una banda sonora compuesta por Brais González. Será en la Fundación Sales.