Esta artesana de Santiago encontró en las velas la solución para conciliar cuando fue madre: «El autoempleo da miedo, pero no lo cambio»

Patricia Calveiro Iglesias
Patricia Calveiro SANTIAGO / LA VOZ

SANTIAGO

Elena Mahía montó el taller de velas artesanas de BJ Candle Studio en su propia casa, en Salgueiriños, aunque sueña con tener algún día su propia tienda-taller a pie de calle. Sus velas son hechas totalmente a mano, 100 % veganas (no utiliza cera de abeja) y tiene un catálogo estable, además de colecciones limitadas y especiales (por las Navidades, en verano...) y kits.
Elena Mahía montó el taller de velas artesanas de BJ Candle Studio en su propia casa, en Salgueiriños, aunque sueña con tener algún día su propia tienda-taller a pie de calle. Sus velas son hechas totalmente a mano, 100 % veganas (no utiliza cera de abeja) y tiene un catálogo estable, además de colecciones limitadas y especiales (por las Navidades, en verano...) y kits. XOAN A. SOLER

Elena Mahía vende sus productos, fabricados en su propia casa, por todo el mundo a través de su página web y de Etsy

16 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.

Hay algo en las velas, en cómo transforman un espacio e incluso el estado de ánimo con su aroma, luz y calidez, que siempre fascinó a Elena Mahía Vázquez. La santiaguesa de 44 años recuerda que, «siendo súper jovencita, ya encendía velas para estudiar o en cuanto tenía ocasión». Lo que no imaginaba entonces es que iluminarían, muchos años después, cuando fue madre, el camino hacia el autoempleo y se convertirían en su solución para la conciliación de la vida laboral y la familiar.

Aunque ella hizo Ciencias Políticas y de la Administración, además de un posgrado de Derecho Tributario, nunca ejerció. «Al acabar de estudiar me surgió un trabajo que no tenía nada que ver, luego me preparé unas oposiciones y me desvinculé. Fui comercial de seguros, vendedora y, durante años, estuve trabajando como jefa de ventas en varias multinacionales», relata. Todo cambió con el nacimiento de su primer hijo, en el 2016: «Empecé haciendo jabones cuando era pequeño, porque tenía la piel atópica, y me puse a investigar qué cosméticos eran buenos para él. A mis conocidos y familiares les parecía una maravilla lo que hacía y me animaban a venderlo a otros. Al año, abrí una tienda en una plataforma de marketplace online, Etsy, y ofrecía jabones enfocados sobre todo a eventos, como recuerdos en bodas... Un tiempo después, mi amiga Verónica me propuso hacer velas. Un producto no pisaba al otro y decidí probar por curiosidad. Me compré un kit con materiales y tengo que reconocer que me frustré bastante porque no me salió bien en los primeros intentos. Yo soy muy persistente y, como algo se me meta en la cabeza, tengo que seguir adelante hasta que salga... Fue un proceso de fallo-error, que iba mejorando poco a poco. Tenía hasta un diario para ir anotando lo que más me satisfacía y me fui enganchando a esto. Podía jugar con los colores, las formas, los olores... había un abanico infinito de posibilidades».

«Mis hijos, que ahora tienen 10 y 8 años, eran pequeños. Este proyecto me permitía estar más con ellos en casa y seguir generando ingresos, podía ajustar mis horarios con total flexibilidad y poner mi propio listón de exigencia... todo esto, haciendo algo que disfruto mucho y, en realidad, para mí no es un trabajo», añade Elena, quien asegura que «el autoempleo sigue dando miedo pero, a día de hoy y a pesar de todo, no lo cambio». Así nació BJ Candle Studio y las velas que fabrica en su propia casa viajan a muchos rincones del mundo gracias a Etsy y a su página web: «Todo lo que hago es artesanal, lleva en su etiqueta que está hecho en Santiago y tengo clientes tanto de España como de otras partes de Europa y Estados Unidos».

Desde enero, su trabajo tiene el respaldo de Artesanía de Galicia. «Para mí, este reconocimiento significa mucho: es un sello que avala la calidad y el cariño que pongo en cada vela, siempre hecha a mano en Galicia», subraya la compostelana, quien se hizo autónoma en la pandemia viendo que su proyecto de artesanía despegaba. «Lo que no quería era verme con 60 o 70 años, en la fase madura de mi vida, pensando en qué habría pasado si lo hubiera hecho».

Las iniciales de BJ Candle Studio, aclara, vienen de «burbujas y jabones», que era el nombre del primer proyecto emprendedor y, de este modo, le daba una continuidad a la marca sin asociarla exclusivamente al producto anterior. Entre sus velas más vendidas están la Finisterre y Días de Lluvia (esta última es una de sus favoritas a título personal, junto con la de Palosanto, porque le gustan los olores más amaderados, dice). Además de sus colecciones y series limitadas, ofrece velas en tarros de cemento, bandejas, ambientadores sólidos, cera para quemador y packs de regalo que incluyen desde distintos tipos de velas y ambientadores hasta cerillas de colores.