
Conserva una inscripción incompleta muy difícil de leer para los expertos, que por otra parte no se ponen de acuerdo en su significado
29 jun 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Los encantos de la comarca compostelana a veces están aislados, son pequeños y, fuera de la gente que vive en su entorno o municipio, pocos los conocen. Es el caso de la cruz de Abelán, un cruceiro de capilla —llamado también de loreto— que se levantó en medio de la ladera del monte Padronelo del ayuntamiento de Dodro. O sea, carretera de Padrón a Dodro, se deja atrás la Casa do Concello y se toma el desvío a la derecha hacia la iglesia de San Xoán, después de la que procede continuar siempre de frente.
El lugar ha sido adecentado, y eso quiere decir que se ha diseñado un pequeño parque con mesas y bancos para pasar allí unas horas comiendo o descansando al aire libre. Es un espacio respetado desde hace siglos, porque ahí se encuentran vías de comunicación entre las aldeas que se extienden en la parte baja y las que pueblan esas montañas viejas y alomadas, hoy a unos minutos de las riberas del Ulla pero ayer aisladas de cualquier cosa que pudiera catalogarse como progreso. Una de esas aldeas lleva el precioso nombre de A Devesa dos Mouchos, de sonoridad latina y medieval.
Los cruceiros de loreto, y este no constituye una excepción, tienen en su parte superior una pequeña capilla, que en este caso conforman cuatro piedras de casi un metro de altura. En total mide 4,6 metros, con un ancho de 2,5, levantado sobre una basa de tres niveles. Conserva, además, una inscripción incompleta muy difícil de leer para los expertos, que por otra parte no se ponen de acuerdo en su significado.
Desde 1672
Súmese a todo lo anterior que tiene grabado el año exacto en que fue levantado. Nada menos que 1672, lo que quizás lo sitúe como el cruceiro más antiguo dentro de los de su tipo, los cuales solo abundan en la comarca de Barbanza y al sur de Santiago. Auténticas joyas en extinción.
La pregunta resulta inevitable: ¿por qué se irguió ahí ese cruceiro, costoso, trabajado, esbelto, en medio de un bosque de avellanos —abeleiras— que desde luego ya no existe, dominado el terreno por el eucalipto? Porque el que en la actualidad se celebre una festiva romería recuperada por los vecinos desde 1990 resulta comprensible y digno de aplauso, pero que hace más de tres siglos y medio los humildes vecinos decidieran dar vida —porque hasta parece que tiene vida— a un cruceiro en ese apartado lugar, roza el misterio.
La explicación radica en que está emplazado en un camino que se seguía tanto para ir a la iglesia de San Xoán como a la de Xián, en la parroquia de Laíño. Y también ahí se detenían quienes portaban algún féretro hacia su último destino. Un lugar con una atmósfera mágica, tanto que los habitantes de las aldeas le tienen un gran aprecio, y es que escucharon a sus mayores historias de almas que se acercaban a recoger los alimentos que les dejaban sus antepasados. Galicia pura.
Suceso
Según recoge la por otra parte magnífica web obaixoulla.gal, un temporal derribó A Cruz de Abelán en noviembre de 1941. Y fueron los vecinos de A Devesa dos Mouchos quienes lo levantaron de nuevo, acción por la cual recibieron del Ayuntamiento cincuenta pesetas. Un buen pago si fuera para cada uno, pero no fue así: hubo que repartir entre todos.