Abarrote en los Milagros de Requián: cientos de romeros llegan a pie y agotan las estampas

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

FRADES

Miguel souto

Algunos jóvenes fueron andando al santuario 9 días seguidos

29 ago 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La crisis de fe de este siglo parece un espejismo cuando uno acude al santuario de Requián (Frades) el día de los Milagros. La aldea celebra su popular romería el 28 de agosto y ese día —coincida en miércoles o en domingo— la pequeña capilla recibe una avalancha de devotos difícil de gestionar. Desde la pandemia, la capilla se complementa con una carpa en el exterior que ofrece asiento a unas doscientas personas. Es un alivio para los romeros, que antes se apiñaban en la capilla o en el exterior, sin más remedio que escuchar la misa entera formando en pie.

Sin embargo, la carpa ya se está quedando pequeña. Según explica el párroco, Jesús Mallo Brenlla, al último día de la novena de los Milagros asistieron este martes más de medio millar de personas. Ayer, que era el día grande, los devotos se contaron por miles. Muchos llegaron a pie desde Valga, desde la zona de A Ramallosa o desde A Estrada. Entre estos últimos no fallaron el conselleiro de Cultura y ex alcalde de A Estrada, José López, y su ex teniente alcalde y actual jefe de gabinete, Juan Constenla. Llevan 14 años peregrinando a pie al santuario, desde septiembre del 2011, cuando acudieron para agradecerle a la Virgen la primera mayoría absoluta de López.

Entonces, López y Constenla colocaron en sus móviles una estampa de la Virgen que, a juzgar por sus trayectorias, les ha traído bastante suerte. Quizás por eso el actual alcalde de A Estrada, Gonzalo Louzao, ha recogido el testigo y ha peregrinado a Requián este lunes. Puede que sea la misma fe la que estos días está arrastrando al santuario a muchos grupos de jóvenes. «Algúns viñeron a pé os nove días da novena», explica Jesús Mallo encantado de ver gente joven venerando a la Virgen.

Merchandising religioso

Últimamente, además, los romeros no quieren irse a casa sin un recuerdo. El santuario agotó ayer abanicos, pulseras y almanaques de la Virgen y se quedó prácticamente sin estampas.