Las doroteas dejan Galegos tras 60 años y perfilan la cesión del pazo al Concello de Frades

Olimpio Pelayo Arca Camba
O. P. Arca SANTIAGO / LA VOZ

FRADES

XOÁN A. SOLER

Remedios Miguélez, la religiosa que vivió allí en solitario en los últimos meses, agradece a los vecinos su acogida durante ese tiempo

14 sep 2024 . Actualizado a las 05:05 h.

De una forma callada, como llegaron en 1964, las doroteas acaban de abandonar definitivamente Galegos, en el municipio de Frades. Remedios Miguélez es la última religiosa que vivió en el pazo, que había sido donado a la congregación por la familia Linares Rivas en 1966. Desde la comunidad de las doroteas en Pontevedra, con voz emocionada, mostraba ayer «nuestro agradecimiento a todo lo que recibimos de la gente de Galegos. Nos vamos llenas de gratitud hacia ellos, por su acogida, por todo».

Ella recibió las atenciones de los vecinos en su último año en soledad en el pazo: «Me llegaban con potas de caldo, con lentejas», arropándola tras quedarse sin la compañía de su hermana (desplazada a su casa de Lalín para cuidar de un familiar) y sin Josefina Paz Hermida, que por su delicado estado de salud vive ahora en la comunidad de Tui, donde disponen de enfermería. Continuar una sola persona era una situación insostenible, por lo que se decidió cerrar la casa el 31 de agosto.

Ahora la congregación perfila la cesión del pazo de Galegos al Concello de Frades, para posibilitar que el edificio se mantenga al servicio de los vecinos. El alcalde fradense, Roberto Rey, estudia ya el posible destino del inmueble, con un centro de día como primera posibilidad. Remedios Miguélez se muestra confiada en la utilidad social del pazo: «Empieza una etapa distinta que esperamos que sea buena para toda la zona, no solo para Galegos», en una labor que dé continuidad al trabajo de las religiosas.

Fueron seis décadas en las que sus obras hablaron por ellas para conseguir la transformación social de la parroquia. En el pazo que les cedió la familia Linares Rivas llegaron a estudiar un centenar de alumnos de forma gratuita, habilitando un comedor para 40 escolares de toda la zona, incluso con un pequeño internado. En el ámbito formativo, llegaron a adquirir dos pisos en Santiago para facilitar la estancia allí de jóvenes de la parroquia para que pudiesen proseguir sus estudios.

Cesiones constantes

La cesión del pazo al Concello de Frades es la última de una larga lista que comenzó ya al poco de recibir las propiedades de los Linares Rivas en los años 60: fue lo que hicieron con las casas y pequeños terrenos anexos para los 19 caseros que habían trabajado con la familia. Vendieron además, a precios muy bajos y con las mayores facilidades de pago, terrenos a 29 jóvenes de la parroquia para edificar sus casas, en la Carballeira dos 29. A la asociación de vecinos le donaron los terrenos del campo de la fiesta, y más tarde la Fraga do Petón, un bosque de cuento de dos hectáreas que el colectivo conserva con esmero. Las doroteas dejan Galegos perfilando su mayor donación al Concello: su hogar de 60 años, que ya añoran.