Lanzan un SOS por la desatención de las colonias de gatos callejeros en Melide

Natalia Rodríguez Noguerol
natalia noguerol MELIDE / LA VOZ

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La falta de respaldo municipal limita la actividad de la protectora Miquiños

14 oct 2023 . Actualizado a las 05:05 h.

Noel sale corriendo de la obra abandonada en la que se resguarda nada más escuchar el coche de Ana García. Maúlla. Le espera su ración diaria de comida. «Agora ten unha amiguiña; teño que vir un día coa gaiola a capturala para levala a esterilizar», cuenta la mujer. Noel ya está. Como también están esterilizados los gatos de la colonia felina que Ana alimenta en un prado propiedad de Gerardo Buján, vecino del Campo Grande, una zona así conocida en el casco urbano de Melide. «A ver si facedes algo, porque humanidade como a desta chica non a hai, dándolle de comer e preocupándose polos animais todos os días, todos», reitera. Gerardo reivindica el trabajo altruista que hace Ana, pero también apoyo para ella: «había que convencer a todos os veciños e tamén ás autoridades do Concello», remacha el hombre.

Ana también lanza un SOS a través de un audio de WhatsApp en el que pide, por favor, «unha reportaxe que free isto ou mobilice algo». Sin favor. La situación que narra es desoladora. En el casco urbano, puede haber unas veinte colonias felinas. «Moitísimas, non están nin contadas», afirma. Y a la protectora que constituyó con el apoyo de sus compañeros de trabajo —Miquiños Melide— le resulta imposible garantizar el bienestar y el control de todas ellas. Falta apoyo municipal. «O Concello non se puxo en contacto, nin sequera para dicir que non van axudar», reprocha Ana, que, junto con una pequeña red de colaboradores, sostiene el colectivo, con empeño, y rascándose el bolsillo.

Ella atiende tres colonias. Solo en la del Campo Grande deja a diario 3 kilos de pienso, «e pouco queda dun día para outro», cuenta. La alimentación supone un gasto mensual de unos 120 euros. No es el único. Hay desparasitaciones, emergencias veterinarias, y esterilizaciones. Y solo contaron con la ayuda de la protectora de animales en el Camino —Apaca—, que financió treinta y cuatro de las más de cien intervenciones realizadas. Por si fuera poco, la mujer recibe «todos os días» alertas de vecinos, pidiendo que, a través de la protectora, se haga cargo de camadas indeseadas y de esterilizaciones. «Pensan que é responsabilidade miña»., dice. Pero no lo es.

El Concello dice que no está obligado a habilitar espacios

Los gastos justificados de la protectora hasta septiembre del año pasado ascienden a 2.500 euros. En el Concello de Melide lo saben. Se presentaron las correspondientes facturas, adjuntas a un escrito que no obtuvo respuesta. Tampoco el que desde Miquiños Melide se registró, en marzo de este año, solicitando respaldo económico, «na medida das posibilidades económicas deste concello». La protectora de gatos callejeros solo recibió respuesta de las autoridades municipales, a instancias de la Valedora do Pobo. «O Concello de Melide descartou facer uso desta facultade —la de establecer lugares destinados a colonias felinas controladas—, pois consultado persoal cualificado na materia se lle advertiu da enorme dificultade, se non imposibilidade, nun municipio como este de someter as colonias ao control que se esixe legalmente», se lee en un escrito firmado por el alcalde José Manuel Pérez. Para Ana García, el gobierno local está eludiendo la responsabilidad que le atribuye la ley de protección animal. Exige su cumplimiento, también necesario para quebrar el estigma social que persigue a quienes cuidan las colonias. «Hai xente que pensa que facer isto atrae gatos, e é todo o contrario», defiende.