O Pino exhibe los mejores ejemplares de galo Piñeiro y saborea sus carnes

Elisa Álvarez González
E. Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

O PINO

Este año a la degustación de esta ave se sumaron otros productos gallegos

03 ago 2025 . Actualizado a las 18:47 h.

El primer fin de semana de agosto O Pino se viste de gala para recibir a los mejores ejemplares de gallo y gallina piñeira, una raza en peligro de extinción que poco a poco los pequeños criadores van recuperando. Como Carmen Barral, de Lugo, que acudió este domingo a la cita con doce aves de las tres variedades del concurso: «veño todos os anos, eu collín a tradición da miña avoa, que xa criaba estas pitas, porque á miña nai non lle gustaban». También Carlos Magadán, de O Pino, mostró sus mejores ejemplares en la Festa do Galo Piñeiro que suma ya su edición número 24. Examinando, desde Asturias, el juez Guillermo Vega, de la Federación Española y el Colegio Nacional de Jueces. «Las razas autóctonas son las mártires de las razas industriales», lamenta, al tiempo que analiza cresta, orejas, color, pico, tarsos y poses de gallos y gallinas para puntuar a los que mejor lucen.

Vega es juez en toda España e incluso viaja al extranjero, «a lo mejor hago doce o catorce concursos al año». Es criador de pita asturiana desde el año 1996 y asegura que no hay nadie que conozca mejor la raza que los propios criadores. Con el aroma del pulpo á feira llegando desde la carpa contigua, Guillermo admite que estos concursos implican horas de trabajo, «imagina lo que es entrar a las nueve de la mañana en un pabellón de deportes y salir a las nueve de la noche. En lugar de soñar con ovejas sueñas con gallinas», concluye con humor. 

El galo piñeiro, fiesta de interés turístico cuyo objetivo es potenciar y rescatar esta raza autóctona, suma ahora muchos más atractivos. Juegos tradicionales, desde los zancos hasta un tiovivo de madera o una barca artesanal, pasando por puzles, damas o ajedrez gigantes para divertir a los más pequeños. Combina además gastronomía, música, deporte, cultura y artesanía. De ahí los obradoiros de bolillos, tallas de madera, cuero, tornos y otros productos que durante todo el día pudieron adquirirse en alguno de los puestos de la plaza.

Pero si algo quieren los asistentes a la Festa do Galo Piñeiro es degustar esta carne prieta que se cocina a fuego lento durante horas. La preparó Casa Taboada, que ganó el concurso público: más de mil kilos repartidos en la degustación gratuita y la carpa, «es una carne que necesita tiempo y un marinado previo mínimo de doce horas, es la receta de la abuela, un guiso común como los de toda la vida», explicaba Ángel González. Común pero delicioso, a la vista de como volaban las raciones distribuidas durante la degustación.

Este año, además, no solo se podía catar el galo piñeiro, sino que tras la sesión vermú amenizada por EME Music y el dúo Ciclón volaron las bandejas de empanada, quesos, lacón, arroz con conejo, jamón, albóndigas, carne o mejillones. Todo con denominación de origen gallega. Los políticos no se olvidaron de ejercer y tanto el pregonero, el conselleiro de Emprego, José González, como la secretaria xeral del PPdeG, Paula Prado, y el anfitrión, el alcalde de O Pino, Manuel Taboada, repartieron bandejas con las viandas en una jornada que reunió a miles de personas.

Más de cien equinos en la Mostra Cabalar, que estrenó carrera de trotones 

Uno de los atractivos de este día es la Mostra Cabalar, con tanta tradición como el concurso del galo piñeiro. Más de cien yeguas, potros y caballos participaron en la mañana del domingo en los distintos concursos en los que se reparten unos 4.400 euros en premios para los mejores ejemplares. La feria duró todo el día, ya que tras hacer parada para comer en la carpa habilitada junto a la praza de Forcarei, por la tarde se celebró la carrera de trotones, novedad de este año, la prueba de arrastre y el espectáculo ecuestre Pura vida, de Caballerizas Alcor. 

Toño Suárez, organizador del concurso ecuestre, recuerda que la mayoría de los participantes en esta muestra son yeguas y caballos de pequeños propietarios que tienen uno o dos equinos, «esta xente non vive dos cabalos, teñen outros empregos, pero hai algúns que levan concursando desde que se iniciou a feira».