Dunbar se lleva la victoria en Padrón con un demarraje a 600 metros de meta

PADRÓN

Dunbar se lleva la victoria de la undécima etapa de la Vuelta a España celebrada en Padrón
Dunbar se lleva la victoria de la undécima etapa de la Vuelta a España celebrada en Padrón Paco Rodríguez

Roglic, con Enric Mas a rueda, limó 37 segundos a O'Connor

28 ago 2024 . Actualizado a las 18:00 h.

El irlandés Eddie Dunbar se llevó la victoria de la undécima etapa de la Vuelta Ciclista a España, con salida y meta en Padrón. Fue el más rápido, el más listo y el que tuvo la pizca de fortuna para soltar el ataque definitivo en un final muy abierto. Demarró a seiscientos metros de la llegada, abrió margen y lo hizo valer, con apuros, en un largo grupo de escapados que se fue fragmentando en la subida a Cruxeiras.

También hubo batalla entre los aspirantes a ganar la ronda española. Roglic vio flaquear al maillot rojo, O´Connor. Y no dejó pasar la ocasión para limarle 37 segundos, con Enric Mas a rueda.

La etapa comenzó nerviosa, con varios intentos de escapada no consentidos. Entre aceleraciones y tirones, el pelotón voló en los primeros kilómetros de carrera, con una velocidad media superior a los 50 kilómetros hora, con el mercurio en torno a los 25 grados.

El que más perseveró fue Campenarts, entre San Xusto y el primer paso por Augasantas. Por detrás cuajó un amplio grupo de perseguidores, que no tardó en darle caza. Se juntaron más de treinta ciclistas y, esta vez sí, las diferencias con el pelotón comenzaron a crecer. No había amenazas serias para el podio y eso propició que se marcasen dos ritmos.

En la subida demarró Meurisse y, sorprendente, nadie estuvo al quite. En un visto y no visto cogió más de un minuto respecto a los perseguidores. Y el pelotón, a más de cinco, dejando hacer después del frenesí del primer tramo.

La carrera se partió en tres. Por delante, el ciclista belga del Alpecin embarcado una especie de contrarreloj individual, contra todos sus adversarios. Por detrás, un grupo de casi cuarenta unidades y opciones de luchar por la victoria. Y más atrás el pelotón, midiendo los tiempos.

En la segunda ascensión a Augasantas el gran grupo se agitó y se tensó la cuerda. Bastó subir el ritmo un par de marchas, las que engranó el Israel Premier Tech, para que se estirase. Se quedó en un escarceo.

Pasó lo que tenía que pasar. La aventura de Meurisse tenía mucho de romántica y demasiados aspirantes a opositar por la victoria parcial de etapa a su espalda. A poco más de 30 kilómetros para la meta se acabó la escapada, con el pelotón a algo más de cinco minutos.

Quedaba lo mejor, el tramo final, con la subida a Cruxeiras a solo once kilómetros para la meta, un puerto pequeño pero duro. Se desencadenaron dos batallas, la del triunfo parcial y la de los aspirantes al podio. Fueron once kilómetros de batalla sin tregua, con muchos intentos de escapada, hasta que Dunbas encontró la grieta cuando nadie lo esperaba.