Los feligreses de Buxán, en Rois, asumen la mayor parte del coste de restauración del retablo mayor de su iglesia parroquial

PADRÓN

CEDIDAS

Las obras costaron más de 13.000 euros y cada casa aportó 130 euros

31 ago 2024 . Actualizado a las 07:14 h.

El retablo mayor de la iglesia parroquial de San Xoán de Buxán luce restaurado gracias, en gran parte, a la contribución económica de los feligreses. En febrero pasado, cuando estaba de párroco Javier Carballo Mouzo en lo que era una de las parroquias de su primer destino, el sacerdote le planteó a los vecinos la necesidad de rehabilitar la pieza, que «estaba bastante deteriorada» hasta el punto de que la cornisa superior se estaba desprendiendo, según explica el cura.

Redactó una carta que envió a los feligreses para explicarles la necesidad de la obra y ver la posibilidad de colaboración económica por su parte. La respuesta fue positiva, por lo que el sacerdote promovió la creación de una comisión integrada por un vecino de cada aldea y, tras presentar el proyecto al Arzobispado y a Patrimonio, este fue aprobado. El coste de las obras superó los 13.000 euros, de los que el Arzobispado aportó el 10 % y el resto, los feligreses, a razón de 130 euros por casa.

«A resposta foi moi boa e a restauración saíu adiante porque os feligreses lle teñen cariño á igrexa», explica Javier Carballo, actualmente destinado en parroquias de otro municipio.

Los trabajos comenzaron a mediados de abril, por parte de la restauradora-conservadora Lucía Garrido de Ourense y finalizaron a mediados de junio. El resultado es un retablo «moi bonito», opina el cura, quien añade que también se aprovechó la obra para cambiar la iluminación, por lo que «a igrexa gañou moito; agora faise máis acolledora», asegura Javier Carballo.

Previamente a la rehabilitación del retablo, hubo otras pequeñas actuaciones para adecentar la iglesia poco a poco, como el pintado de la sacristía, la restauración de candelabros y la compra de alfombras. Ahora quedaría pendiente echar mano de los retablos laterales, en especial del de la capilla de los Dolores, que también «está deteriorado pola humidade». Pero esta será una tarea que deberá plantear el próximo párroco porque Javier Carballo ya está en su nuevo destino, en Santa Comba.

Desde allí quiere agradecer a los feligreses de Buxán su colaboración para realizar las mejoras en la iglesia y, especialmente, la restauración del retablo. «Sen eles non sería posible facelo», asegura el sacerdote, quien también quiere dar las gracias «polo ben acollido que me sentín en Buxán», así como en el resto de las parroquias que fueron su primer destino como sacerdote. «Estiven moi a gusto e con eles aprendín a ser cura», afirma Javier Carballo. Natural de Vimianzo, fue ordenado sacerdote en julio de 2021 y, en septiembre de ese año, ya fue destinado a cinco parroquias, tres del municipio de Rois y dos del de Lousame. Tenía 25 años.